Perú recibe el año nuevo andino dividido y con crispación tras la cita con las urnas del 6 de junio.
Tras el parón de la pandemia, vuelve a Perú el Inti Raymi o Fiesta del Sol, que marca el inicio del año andino.
Aunque sin público, el tradicional ritual inca llenó de color el complejo arqueológico de Sacsayhuamán, en la región sureña de Cuzco.
Unos 400 artistas, entre músicos, bailarines y actores, rememoraron el esplendor del Imperio inca, el más extenso de la América precolombina, y rindieron culto a Inti, el dios sol.
El momento álgido llegó con el sacrificio de una llama y la auscultación de su corazón para predecir el futuro. Augurios "dulces" en su mayoría, y solo una advertencia: "Gobernar con prudencia, justicia y honradez".
En la ceremonia estuvo el presidente peruano, Francisco Sagasti, quien llamó a la "unidad", en referencia a la crispación poselectoral.
El último Inti Raymi con un emperador Inca fue en 1535, un año antes de la conquista española. Tras cuatro siglos casi en el olvido, resucitó en 1944 y es hoy la mayor fiesta de Cuzco.