Mientras la mayoría de los jefes de Gobierno de los cuatro países del Grupo de Visegrado evitaron referirse a las divergencias con la UE, el primer ministro húngaro fue tajante al decir que el grupo comunitario es una "dictadura". Un respuesta velada a la polémica del proyecto de ley anti LGBTQ.
PUBLICIDADMientras la mayoría de los jefes de Gobierno del Grupo de Visegrado (V4) prefirieron no referirse a las divergencias con la Unión Europea, el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, ha sido tajante al pedir "el fin de la dictadura" del bloque comunitario.
Los duros comentarios de Orbán se produjeron en una cumbre del Grupo en Katowice, Polonia.
"No podemos aceptar que otros países miembros de la UE nos digan cómo debemos educar a los niños húngaros. Esto no es correcto. Algunos han interpretado mal la dinámica de la UE. No podemos aceptar que ningún país de la UE nos diga que tenemos que poner de rodillas a uno de los países de Visegrado. Hay que poner fin a esta dictadura", expresó el mandatario húngaro.
La relación entre Orbán y Bruselas ha estado llena de desencuentros, el último ha sido la reciente aprobación de un controvertido proyecto de ley que prohíbe los contenidos LGBTQ en las escuelas húngaras.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha tachado la legislación de ser "poco europea" y transgresora.
Los gobiernos polaco y húngaro son usualmente objeto de duras críticas por parte de las instituciones europeas por su política homófoba, sus polémicas reformas judiciales y sus recortes en los derechos civiles de las mujeres.