La heladería considera que vender en Jerusalén Este y Cisjordania va contra sus valores. Israel tacha la decisión de antisemita.
Guerra abierta entre Israel y Ben & Jerry's. La reciente decisión de Unilever de retirar de Jerusalén Este y de Cisjordania las franquicias de su famosa heladería ha traído consigo una contundente respuesta de indignación y denuncia por parte del Gobierno israelí.
Todo comenzaba después de que Ben & Jerry's anunciara su decisión de dejar de operar en los territorios palestinos ocupados alegando que seguir haciéndolo sería incompatible con sus valores. Hay que recordar que el lema de la famosa heladería es "Paz, amor y helado".
El comunicado no tardó en generar respuestas, con figuras como la de Benjamin Netanyahu recordando a los israelíes "qué helado no hay que comprar más". Desde el Gobierno, han ido aún más allá:
"La decisión de Ben & Jerry's es una vergonzosa rendición al antisemitismo, a la campaña BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) y a todo lo malo del discurso antiisraelí y antijudío", condenaba el ministro de Asuntos Exteriores Yair Lapid. "No nos quedaremos callados. Más de treinta estados de Estados Unidos tienen leyes anti BDS y voy a ir uno por uno a exigirles que apliquen estas leyes anti Ben & Jerry's, porque no nos tratarán de esta manera sin encontrar una respuesta".
Desde hace más de 15 años, la campaña BDS trata de concienciar a la comunidad internacional para llevar a cabo distintos actos de boicot contra Israel por sus políticas y acciones contra Palestina. A la espera, como advierte Israel, de "posibles consecuencias", la sonada decisión de Ben & Jerry's deja al famoso movimiento propalestino un buen sabor de boca.