En Nangarhar, al este, la lucha tiene lugar contra los yihadistas de Estado Islámico.
PUBLICIDADLa situación en Panshir parece definitivamente controlada por los talibanes. Hasta el punto que estos habrían ofrecido ya a los miembros del Frente Nacional de Resistencia de esta provincia que acepten integrarse en sus filas. Desde este bando, no obstante, insisten en que la lucha continúa.
Los talibanes advierten por su parte de que cualquier intento de insurgencia en el valle será duramente golpeado. Zabihullah Mujahid, portavoz jefe de los talibanes, se mostraba claro en rueda de prensa:"Las fuerzas de seguridad que han sido entrenadas deben ser reclutadas de nuevo, y el próximo Gobierno organizará a todos los grupos que alguna vez han sido entrenados, y serán devueltos a las organizaciones de seguridad".
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Mientras tanto, en la provincia de Nangarhar, al este, otra lucha continúa. En este caso entre los talibanes y Estado Islámico. No hay hueco en el control de Jalalabad para dos grupos yihadistas.
"Estado Islámico no cuenta con un refugio seguro aquí", informaba el gobernador de la provincia, Mullah Neda Mohammad. "Estamos buscando a todos los que se esconden, y hemos detenido a entre 70 y 80 individuos de Estado Islámico desde nuestra toma de posesión".
En Doha, tanto el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken como el de Defensa Lloyd Austin se reunían con el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, para analizar la actual situación en Afganistán y estudiar como esta puede afectar a medio plazo a la estabilidad en Oriente Medio. Occidente sabe que Afganistán no debe ser olvidado.