El protocolo que establece que Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario causa tensiones en la provincia británica, sobre todo en los sectores unionistas, al imponer controles aduaneros con el resto del Reino Unido
PUBLICIDADEl protocolo del Brexit para Irlanda del Norte no puede ser renegociado, así lo ha recalcado el vicepresidente de la Comisión Europea para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, durante su visita de dos días a la provincia británica de Irlanda del Norte.
"No me andaré con rodeos. El protocolo no es el problema. Al contrario, es la única solución que tenemos. No aplicarlo no hará que los problemas desaparezcan, más bien nos quitará las herramientas para resolverlos", opinó.
Sefcovic, que es también el principal negociador comunitario para el Brexit, advirtió que "Una renegociación del protocolo, como sugiere el Gobierno británico, significaría inestabilidad, incertidumbre e imprevisibilidad en Irlanda del Norte. Hay que tener en cuenta que hemos tardado cinco años en llegar a este acuerdo".
El protocolo del Brexit ha establecido una frontera aduanera entre Irlanda del Norte, que sigue vinculada al mercado único comunitario, y el resto del Reino Unido. Ahora las mercancías que cruzan entre ese territorio británico y la isla de Gran Bretaña deben pasar controles en los puertos de la región, según lo acordado.
De esta manera, se asegura que la frontera entre las dos Irlandas sigue siendo invisible, lo que es clave para el proceso de paz y las economías de la isla, pero la nueva carga burocrática ha provocado escasez de productos y tensiones políticas en Irlanda del Norte, sobre todo en la comunidad unionista.
El líder del DUP, el mayor partido unionista de Irlanda del Norte, Jeffrey Donaldson, reiteró este viernes su intención de abandonar el Gobierno de Belfast, de poder compartido con los nacionalistas-católicos, si no se toman "medidas urgentes" sobre el protocolo, lo que sumiría a la provincia en una nueva crisis institucional.
Mientras, Londres decidió este lunes de manera unilateral aplazar por tercera vez los controles aduaneros posbrexit en Irlanda del Norte que pactó con la UE, un asunto que lleva varios meses causando fricciones entre ambos bloques y ha provocado la apertura de un expediente por parte de Bruselas.