La presidenta de la Comisión Europea da su segundo discurso sobre el Estado de la Unión en un año muy difícil.
PUBLICIDADLa presidenta de la Comisión Europea da su segundo discurso sobre el Estado de la Unión tras un año muy difícil marcado por la crisis del coronavirus. Su discurso del año pasado estuvo muy centrado en promesas sobre el cambio climático que, en general, se han cumplido con el gran Acuerdo Verde de la Unión Europea.
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Sin embargo la Comisión ha tenido que actuar e improvisar en la gestión de la crisis de la COVID-19, con operaciones como la compra masiva de vacunas y el pase sanitario europeo.
En los primeros minutos del discurso von der Leyen ha propuesto seguir avanzando en la vacunación tanto en la UE como en el mundo, y ha defendido la gestión europea en las vacunas o la creación del Certificado COVID digital de la UE.
Von der Leyen ha comentado que el futuro es digital, reconociendo las dificultades que supone la escasez de semiconductores provenientes de Asia.
La Comisión presentará una Ley Europea de Chips para crear un ecosistema europeo de semiconductores capaz de producir componentes de calidad. "Se que para muchos parece imposible, pero dijeron lo mismo con el sistema de navegación Galileo".
También ha mencionado las heridas que ha causado la crisis del coronavirus, especialmente en los jóvenes, que corren el riesgo de descolgarse de la sociedad.
Para ello, von der Leyen propone que el año 2022 se convierta en el año de la Juventud Europea con una gran conferencia para tratar los problemas que afectan a los jóvenes.
"Europa necesita un alma, un ideal y la voluntad política para servir a este ideal" ha dicho von der Leyen.
La lucha contra el cambio climático es otra de las grandes prioridades, una vez más. Von der Leyen ha celebrado la creatividad y el liderazgo de Europa en la transición hacia el transporte con vehículos eléctricos.
"Estamos con el pueblo afgano" ha dicho entre aplausos. Von der Leyen ha lamentado la situación de la mujeres y los activistas por la democracia, pero promete que la UE no dejará de lado ni a quienes se queden en el país ni a quienes hayan conseguido huir.
La presidenta de la Comisión también ha tratado la cuestión de las capacidades limitadas que tiene la UE en materia de defensa.
Otro de los temas ha sido el trabajo forzado en ciertos países en desarrollo. Para luchar contra ello la presidenta de la Comisión ha propuesto una ley para prohibir la venta de productos fabricados en estas condiciones.
Otro de los grandes temas del año pasado fue la situación de la democracia en algunos países "rebeldes" de la UE como Polonia y Hungría, a los que finalmente Bruselas ha aplicado sanciones en forma de reducciones en la recepción de fondos.