La presunta enfermedad del presidente Milos Zeman impide la formación de un nuevo Gobierno en República Checa tras la celebración de los comicios legislativos. El Parlamento estudia maneras de desbloquear el vacío presidencial.
PUBLICIDADLos problemas de salud impiden al presidente checo, Milos Zeman, desempeñar sus funciones, según fuentes gubernamentales.
Zeman, de 77 años, está ingresado en un hospital por una enfermedad no confirmada desde el 10 de octubre y es posible que no pueda volver a trabajar hasta dentro de varias semanas. Mientras tanto, hay un vacío de poder en la presidencia.
Las elecciones parlamentarias celebradas a principios de octubre dieron una inesperada victoria a la coalición liberal-conservadora de tres partidos denominada "Juntos". Esta coalición se impuso por un estrecho margen al partido del primer ministro Andrej Babis.
Como presidente, Zeman tiene un papel clave en el establecimiento del nuevo gobierno. Aunque el cargo es en gran medida ceremonial, el presidente checo es responsable de designar al líder de un partido para que éste forme un nuevo gobierno.
Con Zeman indispuesto, ¿qué ocurrirá entonces?
El Parlamento está debatiendo la promulgación de una cláusula constitucional que transfiera las funciones del presidente a otros funcionarios.
Esta medida requeriría el consentimiento de ambas cámaras del Parlamento. En ese caso, el presidente encargado elegirá al primer ministro.