El ascenso del ultraconservador José Antonio Kast, la contrarrevolución de Chile

El candidato ultraconservador para la Presidencia de Chile, José Antonio Kast. Foto tomada el 2 de noviembre en Santiago, Chile.
El candidato ultraconservador para la Presidencia de Chile, José Antonio Kast. Foto tomada el 2 de noviembre en Santiago, Chile. Derechos de autor AP / Esteban Félix
Derechos de autor AP / Esteban Félix
Por Blanca Castro
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Al ultraconservador Kast no le tiembla la voz a la hora de defender el régimen de Pinochet. Es el candidato presidencial más popular según los sondeos. Es también fiel a su discurso antimigratorio y a la promesa de imponer mano dura a la inseguridad.

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La extrema derecha en Chile nunca había estado tan cerca de llegar a La Moneda, no desde la vuelta a la democracia (1990). El candidato José Antonio Kast, del Partido Republicano, se perfila como uno de los favoritos para ganar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrarán este domingo 21 de noviembre. Su principal adversario es el diputado Gabriel Boric, del partido izquierdista Frente Amplio.

Las últimas encuestas son esclarecedoras aunque no definitivas: Kast se ubica por encima del 32 % en la intención de voto y se mantiene, en algunos sondeos, como la primera opción frente a la candidatura de Boric (31 %).

El ascenso ha sido meteórico. Kast, un ultracoservador que defiende el régimen de Augusto Pinochet, ha logrado duplicar sus apoyos bajo la promesa de un Gobierno que combatirá con mano dura la inseguridad, la migración y la inestabilidad social.

En una entrevista a Euronews, Paulina Astroza, doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Concepción, explica que el discurso reaccionario -pero sobrio- de Kast ha calado en un sector de la derecha en la que hay un creciente sentimiento de "incertidumbre y desorden".

"Ha habido una serie de situaciones en Chile que ha impulsado a cierto sector de la sociedad a exigir mayor orden y mayor control de la violencia. Siente que las otras alternativas, incluyendo el candidato del oficialismo, no darán soluciones a los problemas".

Kast apoya el régimen de Pinochet, lo dice abiertamente.
Paulina Astroza
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Concepción

Para Astroza, la súbita popularidad de Kast se debe al declive del candidato oficialista Sebastián Sichel, del partido de Chile Podemos Más. Un exministro que cometió varios "errores no forzados" durante los debates presidenciales y que tiene una posición de centro que no acaba de llamar al votante más conservador.

AP / Esteban Félix, Pool
Candidato presidencial, Sebastián Sichel.AP / Esteban Félix, Pool

"Aparece José Antonio Kast con el discurso tradicional, similar al de la derecha populista radical en Europa y Estados Unidos, haciendo énfasis en la migración. Precisamente en un momento en el que país experimenta una presión migratoria importante desde hace tiempo, particularmente de venezolanos y haitianos (...). "Esto, sumado al bajo índice de aprobación de Piñera, ha permitido al candidato ultraderechista absorber los apoyos de Sichel", apunta la catedrática chilena.

Por otro lado, sus propuestas económicas, de recortar el gasto estatal y bajar los impuestos, atrae al votante liberal, los empresarios y a un gran número de personas afectadas por los embates económicos causados por la pandemia.

El tema migratorio es el corazón de propuesta presidencial. En los últimos tiempos se ha extendido la falsa idea de que "los migrantes han ocupado un espacio que no les pertenece y que, en consecuencia, menoscaban las oportunidades laborales y la identidad chilena", explica Astroza, y afirma: "A esto se debe la constante exaltación de los símbolos patrios en la campaña electoral de Kast".

Kast sacude el fantasma de la dictadura de Pinochet

El firme avance del aspirante del Partido Republicano contrasta con un país que eligió en 2020 cambiar su actual Constitución, heredada de la dictadura conservadora de Augusto Pinochet (1973-1990), y que encomendó la tarea de escribir una nueva a una asamblea de tendencia progresista, diversa, paritaria y con participación indígena.

Hay sectores de la izquierda pero sobre todo sectores populares que quieren tranquilidad, incluso piden "mano dura" contra la violencia. Ven en la figura de Kast aquella promesa que sabemos que es irrealizable.
Paulina Astroza
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Concepción

Según Astroza, el nombre de Pinochet permanecía desterrado del ámbito político desde hace mucho tiempo hasta que el pasado viernes, en un encuentro con la prensa internacional, Kast afirmó que en la dictadura de Augusto Pinochet se hicieron elecciones democráticas y "no se encerró a los opositores políticos", es por ello que no califica al régimen militar chileno como una dictadura, pero sí pone este calificativo a los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

"Esto no es verdad, porque todavía habían presos políticos durante el último año de Pinochet", corrige Astroza. Pero lo verdaderamente alarmante de su discurso es cuando desacopla "el periodo final con los 17 años que significó de la dictadura, y en el que están confirmados los muertos y desaparecidos. Este ha sido el gran desacierto de Kast a 100 metros de la meta".

"Ha tenido que desdecirse, aclarar que no había dicho que durante el Gobierno de Pinochet no había habido presos políticos, torturas o desaparecidos. Pero, en definitiva, él sigue apoyando el régimen de Pinochet, lo dice abiertamente".

Asimismo, Kenneth Bunker, director de la encuestadora Tresquintos, considera que este "desliz" es dirigido a un 20 % de la población "que pertenece a un núcleo que todavía defiende el legado de Pinochet y que, incluso, no quería cambiar la Constitución".

Su rechazo visceral al aborto o el matrimonio igualitario están en el extremo opuesto a las propuestas de Boric y eso "ha revivido a un sector de la derecha que siempre había estado ahí, pero que ahora ve en él una posibilidad real de gobernar", dijo Bunker a la agencia Efe.

En su campaña de 2017, cuando obtuvo casi un 8 % de apoyo como independiente, Kast llegó a decir que, si Pinochet estuviera vivo, el general hubiese votado por él.

Sin embargo, en las últimas semanas, ha moderado su discurso y recientemente aseguró que "cualquier persona que haya violado los derechos humanos" no va a recibir su respaldo.

La silenciosa 'contrarrevolución' del estallido social

AP / Matias Delacroix (ARCHIVO)
Visto a través de una barricada callejera en llamas, un manifestante antigubernamental agita una bandera chilena en Santiago de Chile, el 28 de octubre de 2019.AP / Matias Delacroix (ARCHIVO)

A pesar de que la imagen del dictador es ampliamente rechaza en la sociedad chilena, el estallido social que vivió el país en 2019, que no se ha ido del todo de las calles, generó un clamor por el regreso de una figura que pueda ofrecer orden y seguridad, explica Astroza. "Hay mucha gente que, pese a su simpatía con Pinochet, ve en él la esperanza de que no vuelva el caos de las protestas y los saqueos. No esperan más del Gobierno de Piñera que desde hace meses está en piloto automático".

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Dos años después hay sectores que votarán movilizados por el "arrepentimiento", buscarán la manera de que su elección pueda bloquear las decisiones o medidas surgidas de la convulsión social, es decir, la futura Constitución. Respaldada por el 80 % de la población mediante un plebiscito.

Astroza, como otros analistas, llaman este fenómeno "la contrarrevolución silenciosa" de Chile. Voces que "rechazaban los excesos del progresismo" desde antes o después de las protestas.

"Son los que siempre han estado en contra del feminismo o que ahora sienten que el movimiento se ha extralimitado y amenaza los derechos de los hombres y la igualdad de género. También están los que quieren volver a los valores conservadores, a la familia", explica Astroza y agrega: "Pese a la idea generalizada que se tiene sobre los jóvenes, hay una facción de la juventud que está de acuerdo con esa 'vuelta atrás'". Sin embargo, constrata: "Los jóvenes y las mujeres son los grupos más renuentes a votar por Kast", el voto duro lo representa los hombres mayores de 60 años.

Hasta ahora y según los sondeos ningún candidato lograría imponerse en la primera vuelta. Tendrían que medirse en el balotaje del 19 de diciembre. El ascenso de Kast polariza unas elecciones vitales en Chile, un país que no se ha recuperado todavía de la grave crisis social de 2019 y donde está en curso la redacción de una nueva Constitución.

Fuentes adicionales • Agencia Efe

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