Una joven de 16 años utiliza el arte como forma de evasión y proyección de su futuro.
PUBLICIDADEn la ciudad siria de Sarmin, los colores vivos decoran la casa de la familia Tanari. Representan la evasión de de una menor: "Dibujar significa otra vida para mí. Cuando dibujo, me olvido de todo lo que me rodea; prefiero estar en mi mundo, donde puedo dibujar lo que sueño y donde deseo estar".
A sus 16 años, Roaa ha pasado la mayor parte de su vida viviendo entre las ruinas de la guerra: "La guerra me ha afectado a mí y a mi entorno, la guerra y la destrucción. Así que uso la pintura para escapar de la realidad en la que vivo. Pinto la naturaleza. Pinto la esperanza. Pinto optimismo."
En el noroeste de Siria, donde las fuerzas de la oposición gobiernan desde 2015, la educación se enfrenta a muchos obstáculos. Uno de ellos es la falta de escuelas de arte y de medios, como explica la joven: "Encontrar material de arte es muy difícil en la zona. Yo sierro la madera, hago la tela. Los pinceles que uso son los más sencillos para pintar. Me he enfrentado a muchas dificultades; todo el equipo, por supuesto, lo he hecho yo misma."
Roaa está pensando en aprender a pintar profesionalmente, pero no puede ver un futuro para sí misma como artista en su sombrío y peligroso país. Su única salida posible está lejos de donde vive: "Sueño con ir a un país europeo donde pueda estudiar, pintar y dibujar en un instituto que apoye el arte, en algún lugar donde pueda desarrollar mi talento."
Más de cinco millones de personas han abandonado siria en una guerra que ya dura una década.