Dolor e indignación en los funerales de las víctimas de la masacre de Chiquix, una aldea del oeste de Guatemala que mantiene un largo y violento conflicto territorial con una localidad vecina. El lunes recibieron sepultura varias de las 13 personas que murieron tiroteadas en una emboscada
Dolor e indignación en los funerales de las víctimas de la masacre de Chiquix, una aldea del oeste de Guatemala que mantiene un largo y violento conflicto territorial con una localidad vecina. El lunes recibieron sepultura varias de las trece personas que murieron tiroteadas en una emboscada durante el fin de semana, la mayoría mujeres, niños y ancianos:
- "Todos los días estamos amenazados por esta situación. Suben a la cumbre y empiezan a sacar balas. Y la población tiene miedo", explicaba una mujer familia de una de las víctimas.
Tres sospechosos fueron detenidos, uno de ellos iba armado. El presidente guatemalteco anunció que iba a solicitar la aprobación del estado de sitio para frenar la violencia en la zona y prometió encontrar a los culpables:
- "Quiero ser categórico al asegurarle a los guatemaltecos que las fuerzas del orden perseguirán a los responsables del ataque hasta detenerlos y consignarlos ante la justicia", afirmó Alejandro Giammattei ante las cámaras de televisión.
No es la primera que escenas de dolor similares sacuden la región. Los habitantes de Chiquix y de Santa Catarina de Ixtahuacán se han peleado desde hace más de un siglo por el acceso al agua y la tierra. Todos los intentos de negociación y la mediación gubernamental realizados hasta el momento han sido infructuosos.