Una mirada a un año no exento de violencia en Oriente Medio

Una mirada a un año no exento de violencia en Oriente Medio
Derechos de autor euronews
Derechos de autor euronews
Por Manuela ScarpelliniEuronews
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button
Copia/pega el link embed del vídeo de abajo:Copy to clipboardCopied

En el mes de mayo, el controvertido desalojo de algunas familias palestinas del barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Este, desencadenó varios días de enfrentamientos entre palestinos e israelíes; uno de los episodios de violencia más graves de los últimos años.

PUBLICIDAD

El año 2021 no ha estado exento de violencia en Oriente Medio. En el mes de mayo, el controvertido desalojo de algunas familias palestinas del barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Este, desencadenó varios días de enfrentamientos entre palestinos e israelíes; uno de los episodios de violencia más graves de los últimos años. Se lanzaron miles de cohetes, se produjeron ataques aéreos y se registraron en torno a 250 muertos, la gran mayoría palestinos, y más de dos mil heridos.

Una tensión arraigada en la historia, exacerbada por los Acuerdos de Abraham en 2020, auspiciados por Donald Trump. Los pactos fortalecieron a Israel, pero dejaron aislados a los palestinos, y aumentaron la inestabilidad en la región.

Gracias a la mediación egipcia, entró en vigor una frágil tregua bilateral e incondicional, el 21 de mayo. Unos y otros celebraron lo que llamaron "su propia victoria".

Los enfrentamientos que tuvieron lugar en Beirut el 14 de octubre de este año, dejaron al menos 6 muertos y más de treinta heridos, y encarnaron el largo sufrimiento de El Líbano, considerado en su día como la "Suiza de Oriente Medio" y, ahora, un país al borde de la quiebra. Francotiradores no identificados abrieron repentinamente fuego contra los manifestantes congregados para protestar contra la investigación de la explosión registrada en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. El ejército desplegó tanques y tropas para sofocar los enfrentamientos en las calles, que recordaron a la Guerra Civil de 1975-1990.

La principal manzana de la discordia es el juez Tarek Bitar, responsable de la investigación sobre la explosión que dejó más de 200 muertos y miles de heridos. El juez quiere interrogar a algunos dirigentes políticos, que ignoran las citaciones. Hizbulá, sospechoso de estar implicado en la presencia de explosivos en el puerto, le acusa de politizar la investigación y ha exigido su destitución.

Las tensiones han aumentado la presión sobre el Ejecutivo de Najib Mikati, que logró formar gobierno y terminar con trece meses de estancamiento político. Mikati se enfrenta a una crisis económica y financiera que el Banco Mundial ha calificado como una de las peores de la historia.

La explosión causó daños estimados en casi 4 000 millones de euros por el Banco Mundial y bloqueó cualquier tipo de actividad (el 90 % de las importaciones libanesas pasan por el puerto de Beirut). Así, la corrupción, la pandemia de coronavirus, el colapso económico y la crisis de los refugiados sirios llegados al Líbano, han agravado la crisis en el país, de manera notable.

La primera visita de un papa a Irak se convirtió en un mensaje de paz y esperanza. Era el primer viaje del sumo pontífice tras 15 meses de larga cuarentena provocada por el coronavirus. En tres días recorrió 1 650 kilómetros, se reunió con las autoridades religiosas y visitó algunos de los lugares en los que, hace años, operaba el Dáesh y donde los cristianos eran perseguidos.

El momento más esperado e importante del histórico viaje papal a Irak fue el encuentro, en Nayaf, con el ayatolá Alí al Sistani, la máxima autoridad religiosa chií de Irak; una visita privada sin precedentes en la historia que el Vaticano llevaba décadas preparando.

La mejora de la relación entre las dos comunidades religiosas debería conducir a una mayor seguridad para la minoría cristiana.

En Mosul, el sumo pontífice rezó por las víctimas de la guerra y de la persecución religiosa, en una iglesia en ruinas. La comunidad cristiana de Irak, una de las más antiguas del mundo, ha quedado diezmada tras años de conflicto bélico y de brutal violencia.

Antes de abandonar el país, el papa celebró una misa en Erbil, capital del Kurdistán iraquí; una de las ciudades más antiguas del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2014.

El santo padre terminó el oficio religioso repitiendo, en varias ocasiones, la palabra Salam, que significa paz en árabe.

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

Resumen del año 2021 | Las catástrofes climáticas estremecen a Europa y al mundo

Un eje árabe-israelí contra la República Islámica de Irán es ya una realidad

El jefe del Ejército de Israel asegura que responderán al ataque de Irán