"Entre el 1 y el 20 de enero hemos recibido solicitudes de ayuda de casi 350 personas. 51 de ellas niños", Natalia Gebert, activista polaca.
PUBLICIDADPolonia inicia la construcción de un muro de casi 400 millones de dólares en su frontera con Biolorrusia para detener los llamados "ataques híbridos". Varsovia, y la Unión Europea, consideran que Bielorrusia lleva desde verano obligando a los migrantes a cruzar la frontera para intentar desestabilizar el país.
El muro, de 5 metros y medio, protegerá casi la mitad del territorio fronterizo. Los activistas de derechos humanos creen que el muro es inútil.
"El muro sólo detiene a los discapacitados, los débiles y los enfermos. No impide que las personas desesperadas que huyen del peligro intenten cruzar", afirma Natalia Gebert, activista polaca de la organización Grupa Granica.
"La frontera polaco-bielorrusa está más tranquila estos días, pero eso no significa que los refugiados no estén allí. Lo están, y nosotros hacemos intervenciones casi a diario. Nuestras estadísticas dicen que entre el 1 y el 20 de enero hemos recibido solicitudes de ayuda de casi 350 personas. 51 de ellas niños".
Las condiciones han empeorado con la llegada del invierno y, se sabe que han muerto al menos 12 migrantes. La parte de Polonia situada en la frontera con Bielorrusia sigue siendo inaccesible para los extranjeros, por lo que no está claro qué ocurre con los migrantes allí.