Había hecho las maletas para volver a su Palermo natal, pero el deber ha vuelto a llamar a la puerta de Sergio Mattatella, presidente de la República de Italia desde 2015
PUBLICIDADHabía hecho las maletas para volver a su Palermo natal, pero el deber ha vuelto a llamar a la puerta de Sergio Mattatella. El jurista siciliano de 80 años, presidente de la República de Italia desde 2015, había descartado un segundo mandato, incluso se despidió de los italianos en el discurso de Año Nuevo, pero la política no ha encontrado una mejor solución.
No hay presidente más aclamado que él. Jefe del Estado desde el 31 de enero de 2015, Mattarella se convierte en el segundo en renovar por otro septenio tras Giorgio Napolitano, algo que el exjuez y exministro cree que debe ser la excepción y no la norma.
Su primer mandato estuvo cargado de dificultades: ha conocido cinco jefes de Gobierno, incluído el ejecutivo populista verde-amarillo de Giuseppe Conte, y terminó con el Gobierno técnico de Mario Draghi, llamado a rescatar al país de la crisis. En medio, un intento de juicio político liderado por el Movimiento 5 estrellas y una destructiva pandemia.
El tradicionalmente simbólico papel del Presidente en Italia tomó más valor durante sus años al frente. Considerado el político más popular del país, Mattarella ha desempeñado un papel incisivo haciendo uso de las prerrogativas de su cargo.
Querido por los italianos y convertido en un fenómeno social, ha hecho de la discreción y la calma su marca personal, logrando aunar el consenso que le pone de nuevo al frente de la República.