Para muchos vecinos especialmente afectados, la catástrofe podría haberse evitado, ya que los barrancos que bordean sus barrios, aseguran, no han recibido un mantenimiento suficiente
PUBLICIDADEcuador continúa con las tareas de limpieza y rescate del aluvión que a principios de semana mató a al menos 25 personas en la capital, Quito.
Mientras los equipos de emergencias continúan buscando supervivientes, Franz Hernández, un inmigrante venezolano que logró salir vivo de los torrentes de agua, cuenta su experiencia mientras se recupera poco a poco... "Y nos pegó, nos chocó el agua y la casa se partió en dos y salimos por la parte de atrás y caímos como de dos pisos, y nos arrastró". "Ahorita estoy bien, pero a la vez también tengo como miedo de que me pueda pasar lo mismo, a veces escucho que está bajando el agua, como traumado pues, en shock todavía", lamenta Hernández.
Los equipos de rescate, por su parte, siguen buscando supervivientes y se espera que las tareas de limpieza de rocas, lodo y escombros se alarguen por lo menos dos días más.
"Todavía pueden ocurrir muchas cosas en la parte superior de la montaña; todavía pueden producirse desprendimientos. Seguimos sobrevolando la zona con drones. También las autoridades siguen sobrevolando para nuestra seguridad y tranquilidad", asegura Luis Collahuaso, jefe de brigada de rescate.
Sin embargo, para muchos vecinos especialmente afectados, la catástrofe podría haberse evitado, ya que los barrancos que bordean sus barrios, aseguran, no han recibido un mantenimiento suficiente. "Esta tragedia ya se preveía", dijo Lucía Yumipanta, vecina del barrio de La Gasca, que asegura que las autoridades estaban avisadas hace años de la mala situación de los acantilados.