Marta Dropa, una de las voluntarias que coordina la entrega de ayuda de Francia a Ucrania, en Lyon, Francia. Marzo 2022
Marta Dropa, una de las voluntarias que coordina la entrega de ayuda de Francia a Ucrania, en Lyon, Francia. Marzo 2022 Derechos de autor Natalia Liubchenkova/Euronews

Ucranianos en el extranjero: Perdidos y asustados, pero desesperados por ayudar

Por Natalia Liubchenkova
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Los ucranianos en el extranjero observan con horror y terror la guerra que se desarrolla diariamente en su país. Preocupados por sus familias, se apoyan mutuamente y se esfuerzan por llevar ayuda a su país.

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El día antes de que Rusia invadiera Ucrania, una amiga mía vino a cenar. Es ucraniana, como yo. Nos quedamos hasta la madrugada del jueves discutiendo sobre la escalada en la frontera, los posibles escenarios o la mejor manera de convencer a nuestras familias para que vinieran con nosotras, o si éramos nosotras las que debíamos hacer un esfuerzo para volver a casa.

Conseguimos dormir un par de horas antes de que llegara la hora de levantarnos a trabajar. Cuando nos vimos en la cocina para tomar el café ambas ya sabíamos que la guerra había comenzado, pero no dijimos nada. Antes de que pusiera la cafetera, mi amiga ya tenía una lista de artículos de ayuda para enviar al Ejército y a los civiles y estaba buscando los más necesarios y urgentes.

Si hay algo de lo que me siento agradecida es de haber afrontado la noticia más difícil de mi vida con alguien que podía entender lo que se siente, y que estaba más por la acción que por las palabras.

Y lo más importante, por supuesto, es que mi familia en Kiev, donde nací, sigue intacta. No conseguí convencerles de que se pusieran a salvo cuando aún era posible. No lo intenté lo suficiente, y tengo que vivir con ello.

Natalia Liubchenkova/Euronews
Natalia y Kostyantyn, ucranianos residentes en Lyon, se abrazan durante una recogida de ayuda en Lyon, Francia. Marzo de 2022Natalia Liubchenkova/Euronews

Creo que la mayoría de los ucranianos que viven en el extranjero sienten lo mismo. Aquí en Occidente, las noticias sobre mi país natal fueron realmente aterradoras durante algunos meses. Pero ahora mi país, mi ciudad, se están directamente viniendo abajo, con todas esas vidas perdidas... Creo que todavía no soy consciente. Una cosa parece clara: no queda nada de nuestra vida normal, todo ha sido arruinado por la invasión rusa.

Aris Messinis/AFP
Agentes de policía retiran el cuerpo de un transeúnte muerto en un ataque aéreo que afectó a la principal torre de televisión de Kiev, Ucrania. Marzo de 2022Aris Messinis/AFP

La culpa, la vergüenza y la desesperación de no estar en casa ahora mismo me abruman. Como periodista, durante los últimos siete años, he viajado mucho al este de Ucrania para dar a conocer en Occidente el prolongado conflicto que se vive allí. Y ahora, cuando está pasando todo esto, no estoy allí.

Sin embargo, el fracaso de la evacuación de mi familia y amigos a un lugar seguro hizo que todo lo demás careciera de importancia. ¿Por qué estoy en Francia entonces?

Los ucranianos que estamos en el extranjero estamos viviendo minuto a minuto. Y la acción es la única manera de hacer que cada uno de esos minutos pase un poco más rápido. Por eso me sorprende muy poco que mis compatriotas en el extranjero vuelvan voluntariamente a casa por miles para unirse a la lucha. Casi todas las personas que conozco fuera del país se han convertido estos días en voluntarios: coordinando, recogiendo, transportando, informando, dando el apoyo psicológico profesional.

La iglesia ucraniana de Lyon está abarrotada por las tardes esta semana, y allí me encuentro con algunas personas que conozco: Ucranianos, franceses, rusos. Los camiones van hasta los topes de ayuda para Ucrania, y los conductores locales se detienen frente a la iglesia para donar dinero para la causa.

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Los voluntarios clasifican la ayuda recogida en Francia para enviarla a Ucrania. Marzo 2022Natalia Liubchenkova/Euronews
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Voluntarios cargan un camión con ayuda en Lyon, Francia. Marzo de 2022Natalia Liubchenkova/Euronews
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Un conductor ucraniano y otros voluntarios cargan el camión con ayuda para ir a Ucrania desde Lyon, Francia. Marzo de 2022Natalia Liubchenkova/Euronews

Dentro del edificio, la gente está clasificando los artículos por categorías y empaquetando las cajas. Alimentos, ropa para niños, medicamentos, mantas... No veo a nadie que dirija el proceso ni que levante la voz para dar instrucciones, pero todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. No sé cómo funciona. Este es uno de los dos puntos de mi ciudad donde me siento bien estos días.

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Una voluntaria descansa un poco y lee una revista francesa que presenta la feroz resistencia de Ucrania a la invasión. Marzo de 2022. Lyon, FranciaNatalia Liubchenkova/Euronews
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Un voluntario lleva la ayuda recogida al lugar de clasificación antes de ser enviada a Ucrania. Marzo de 2022Natalia Liubchenkova/Euronews

El miércoles por la noche se cargó un camión entero, pero aún había suficiente ayuda empaquetada para llenar otros tres. El jueves por la noche se habían enviado cinco camiones a Ucrania sólo desde la región de Lyon. Además de los camiones hay pequeñas furgonetas que circulan constantemente. Todo lo coordina una joven madre trabajadora desde su teléfono. Es una mujer amante de la montaña, que suele montar en bicicleta y pasar tiempo con su hija pequeña.

Ahora, rodeada de ucranianos proactivos, encuentra de alguna manera camiones de carga pesada que aceptan ir a Ucrania gratis, gente que recoge la ayuda de todas partes y que la clasifica. En todas partes hay líderes silenciosos y gracias a ellos las cosas avanzan.

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La manifestación contra la invasión rusa de Ucrania en la plaza Bellecour, Lyon, Francia. Febrero de 2022Natalia Liubchenkova/Euronews

El otro lugar en el que me siento bien es la plaza central de Lyon. Allí se celebran los domingos manifestaciones multitudinarias de condena a la invasión de Ucrania. El apoyo del pueblo francés y de la comunidad internacional es muy importante para nosotros en este momento. La indiferencia, por el contrario, duele.

Mis amigos del este de Ucrania me piden que les de buenas noticias desde aquí, y no sé qué decirles. ¿Es esto suficiente? No lo sé.

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