Argelia se niega a reabrir su gasoducto que pasa por Marruecos tras romper relaciones con este país en agosto de 2021.
PUBLICIDADArgelia fue este miércoles la última parada de la gira regional del secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken. Una visita más que necesaria estos días teniendo en cuenta los últimos acontecimientos internacionales que de una manera u otra involucran directamente al país magrebí.
Sobre el papel, las reuniones de Blinken tanto con el presidente Abdelmajid Tebboun como con el ministro de Exteriores, Ramtane Lamamra, estaban orientadas al fortalecimiento de las relaciones bilaterales, la estabilidad política en la región y los derechos humanos en la misma.
Traducido, se trataba de abordar cara a cara en primer lugar el giro que ha tomado la situación del Sáhara Occidental tras el cambio de postura de España, que recientemente apostaba por el plan de autonomía de Marruecos.
Y en segundo lugar, estudiar la opción de volver a abrir el gasoducto argelino que pasa por Marruecos y convertir este en una alternativa seria al gas ruso que ya no quiere Europa.
Cuestiones ambas difíciles de resolver, ya que Argelia es por un lado firme aliada del pueblo saharaui y de su lucha por la autodeterminación y por otro, enemigo acérrimo de un Marruecos por el que se niega a pasar su gas tras romper relaciones diplomáticas con Rabat en agosto de 2021.
Blinken concluye con su visita a Argelia una gira que le ha llevado a mantener reuniones en Israel, Palestina y por supuesto, Marruecos.