Pendientes de la abstención para la primera vuelta de las presidenciales francesas que tiene lugar el domingo. En las calles de París, se respira poco ambiente electoral, más atentos a la evolución de la guerra en Ucrania.
PUBLICIDADPendientes de la abstención para la primera vuelta de las presidenciales francesas quetiene lugar el domingo.
Una abstención que puede ser histórica, porque muchos reservan su voto para una segunda vuelta que será crucial.
En las calles de París, se respira poco ambiente electoral, más atentos a la evolución de la guerra en Ucrania.
"Cada cinco años me digo si esperar a la segunda vuelta para votar. Sin embargo, siempre voto en la primera porque, desafortunadamente, pienso que los votos en blanco o las abstenciones no se tienen suficientemente en cuenta en la reflexión popular y respecto a los candidatos, creo que hay que votar por alguno. Me voy decidiendo vagamente, aunque francamente será en el colegio electoral, en el último momento", explica Jeanne di Mascio, profesora de música.
Christine Mazaud, está jubilada.
"A mi alrededor, nadie vota y todos se quejan"
—¿Y cómo se explica esto?
"Son los franceses, no han vivido en el extranjero, no saben de las condiciones de libertad, las facilidades, eso es lo que resulta aburrido", añade Christine.
A la espera de la apertura de los colegios electorales, los primeros en votar han sido los presos de una de las mayores cárceles europeas, situada a 30 kilómetros al sur de París.
Desde el miércoles, una sala del módulo 3 ha sido habilitada como colegio electoral. Un centenar de reclusos habían formalizado previamente su inscripción para votar.