Un alto el fuego ha permitido a decenas de civiles abandonar la ciudad de Mariúpol y llegar a Zaporiyia, una ciudad controlada por Kiev
Algunos civiles pedían con pancartas ayuda para las últimas fuerzas ucranianas que han quedado asediadas en la gran planta siderúrgica de Azovstal, en cuyo laberinto de túneles subterráneos se cree que quedan civiles.
"Empezaron a bombardearnos por un lado y por otro, y nos encontramos en medio. Y así fue, todos los días y noches, sin parar", explica, Lidia, que logró salir de Mariúpol.
"Estaba completamente quemada completamente destruida por los bombardeos. ¿Por qué esta guerra? ¿Quién necesita esta guerra? Mis vecinos han muerto, la gente con la que nací y crecí. Yo vivía en su casa. ¿Entiendes lo grave que es? Han muerto niños. Hay cadáveres esparcidos por las calles y nadie fue a retirarlos" lamenta Ludmila, que también consiguió abandonar la ciudad.
Muchas de las personas que han logrado salir se refugian en un aparcamiento que se ha convertido en un centro improvisado de acogida. Los servicios de emergencia atienden a los pacientes.
"Algunos llegan con heridas de metralla, otros con otras enfermedades, como infecciones de virus, algunos con heridas de bala, casi todo", explica Dmitri Matveev, médico en Zaporiyia.
El ejército Ruso ha empezado una ofensiva final contra la plana de Azovtsal según informaba el ejército ucraniano, en una ciudad casi totalmente destruída por la artillería.