El Ministerio de Agricultura de Irak estima que este año, por ejemplo, la cosecha de trigo será insuficiente para la "autosuficiencia" del país.
Tras décadas de guerra e insurgencia, Irak se enfrenta a otro gran reto: la grave escasez de agua provocada por el cambio climático.
Se trata de una cuestión muy sensible para Irak y sus 41 millones de habitantes, que sienten los efectos a diario, desde el agotamiento de los ríos hasta una rápida desertificación y tormentas de arena más intensas. Los agricultores temen por sus cosechas y su futuro.
"Ahora mismo, mi familia y yo no sabemos cómo seguir viviendo. No tengo trabajo ni salario. ¿Dónde puedo ir? El Estado no nos ayuda con el problema del agua. Tenemos una sequía y probablemente no podremos plantar el año que viene. Este año hemos plantado el 25%. No podremos plantar nada el año que viene si las cosas no cambian", señala Kamel Hamed, un agricultor del país.
En año anteriores las cosechas llegaban a 5 millones de toneladas de trigo necesarios para la autosuficiencia del país, pero con la actual sequía el Ministerio de Agricultura señala que Irak se verá obligado a importar, ya que apenas estima cultivar entre dos millones y medio y 3 millones de toneladas de trigo.