Durante el traspaso de poderes, de la mano de Jean Castex, la primera ministra francesa destacó la urgencia de trabajar en asuntos clave, como el poder adquisitivo, el cambio climático y la transición energética.
Élisabeth Borne es la nueva primera ministra francesa y la segunda mujer en llegar a Matignon. Toma el testigo de manos de Jean Castex.
Durante la ceremonia de traspaso de poderes, dedicó su nombramiento "a todas las niñas", a las que invitó a perseguir "sus sueños". También destacó la urgencia de trabajar en asuntos clave, como el poder adquisitivo, el cambio climático y la transición energética.
Pero la primera tarea de la hasta ahora ministra de Trabajo es formar Gobierno.
Borne sonaba con fuerza desde la reelección de Emmanuel Macron, el pasado 24 de abril. El presidente había precisado que quería un primer ministro con un perfil "social, medioambiental y productivo".
Borne es una experimentada politécnica, de 61 años, que comenzó su carrera política en el Partido Socialista.
Fue prefecta de la región de Poitou-Charantes. Después, directora de gabinete de Ségolène Royal en el Ministerio de Ecología y jefa de la red de metro de París, antes de entrar en el Gobierno de Macron, en 2017. Desde entonces ha estado al frente de las carteras de Transportes, Medio Ambiente y Trabajo.
Su permanencia al frente del Ejecutivo dependerá de los resultados del partido centrista de Macron y sus aliados en las legislativas de junio.