Finlandia y Suecia a un paso de la OTAN: "La política de neutralidad queda aplazada"

Soldados finlandeses participan en un ejercicio militar al oeste del país nórdico
Soldados finlandeses participan en un ejercicio militar al oeste del país nórdico Derechos de autor Heikki Saukkomaa/Lehtikuva
Por Laura Llach
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La neutralidad será uno de los retos que tendrá Finlandia si entrase en la OTAN. Félix Arteaga, experto del Real Instituto Elcano, se cuestiona si mantendrá una cierta autonomía junto con su visión de la neutralidad o se alineará con la mayoría.

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Eveliina Elo, finlandesa de 28 años, cree que la situación con Rusia, ese vecino históricamente incómodo, ha pasado el punto en el que las relaciones entre ambos países podrían volver a la normalidad.

Una opinión compartida por la mayoría de la sociedad finlandesa que apoya la adhesión del país a la OTAN, a pesar de las amenazas por parte del Kremlin. Su portavoz, Dmitri Peskov, lanzaba una clara advertencia tras el anuncio de Finlandia: “Rusia se verá obligada a adoptar medidas de respuesta de carácter técnico-militar, con el objetivo de detener las amenazas a su seguridad nacional”.

Si bien la retórica del Kremlin es similar a la que ya utilizó con Ucrania y Georgia, los finlandeses han seguido adelante con su plan para entrar en la Alianza. “Esta situación es algo contra lo que nosotros, como ciudadanos, no podemos hacer nada”, cuenta a Euronews Eveliina.

“Así que, personalmente, no pienso en ello a diario. Por suerte, la vida continúa en Finlandia”, comenta.

Finlandia: un vecino inamistoso

Tras la histórica imagen este miércoles de la entrega de la solicitud formal a la OTAN por parte de los embajadores de Suecia y Finlandia, son muchas las voces que señalan la guerra de Ucrania como el factor más importante a la hora de enterrar la histórica neutralidad, llegando a cuestionar su continuidad una vez la guerra haya terminado.

Para la finlandesa, esta no sería la única razón: “Hay muchas cosas en la historia reciente de Rusia que Finlandia no apoya. Aunque termine la guerra, seguiremos teniendo reservas respecto a la política de nuestro vecino, así que creo que el apoyo a la OTAN no cambiará tan rápido”.

En este punto coincide Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano. En palabras del experto, existe una cierta decepción con el comportamiento ruso ya que sus acciones no concuerdan con la visión de cooperación que habían establecido ambos Gobiernos.

“Rusia ha incluido a Finlandia entre los vecinos inamistosos, metiéndolo en el mismo paquete que los países de la OTAN. Esto ha dañado la relación especial que tenían”, apunta Arteaga. “Con su comportamiento, Rusia ha ido cortando todos los lazos de esa relación, con lo cual, ya no hay cooperación”, añade.

Aunque, según el experto, esto no supone el fin de la política del país nórdico. “No dejan de ser neutrales por voluntad, sino por necesidad. Con lo cual, la política de neutralidad queda aplazada”, afirma.

“La neutralidad es parte de la cultura estratégica finlandesa, de sus dirigentes, pero sobre todo de la opinión pública. Por eso, su asociación a la neutralidad tardará mucho en desactivarse”, añade.

Este será precisamente uno de los retos que tendrá Finlandia cuando entre en la OTAN. Arteaga se cuestiona si mantendrá una cierta autonomía junto con su visión de la neutralidad o se alineará con la mayoría. “Es ahí donde veremos cuánto de la sensación de neutralidad permanece y cuánto de la necesidad predomina”.

No hay consenso entre los aliados

La primera reunión del Consejo Atlántico para revisar la candidatura de Finlandia y Suecia, ha terminado sin el consenso de los aliados para comenzar las negociaciones. Los 30 países que integran la Alianza tenían en su mano dar luz verde al inicio de las conversaciones de adhesión con Helsinki y Estocolmo.

Las reticencias de Turquía han frenado los avances, alegando vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, organización kurda considerada terrorista para Ankara.

Ahora se espera que Jens Stoltenberg, secretario general, abra consultas con los aliados para desbloquear la situación.

El experto del Real Instituto Elcano asegura que si no hay problemas de oposición al ingreso, y logran desbloquear la situación, su adhesión está más que garantizada. “No encontrarán ninguna oposición militar, porque son fuerzas armadas compatibles y llevan tiempo cooperando juntos. Por eso mismo, no tendrán que pasar un periodo de transición”, apunta.

“No veo ningún problema para que en otoño Finlandia abra su despacho en la nueva sede de la OTAN”, sostiene el experto.

La amenaza del Kremlin

Con la adhesión de Suecia y Finlandia, la Alianza cerraría todo el Báltico y se expandiría aún más hacia el este, algo que incomoda a Rusia. Este mismo miércoles, los embajadores de Suecia y Finlandia en España restaban importancia a las amenazas descartando una agresión militar por parte del Kremlin.

“No habrá bases permanentes de la OTAN, por lo que no supondrá un gran cambio. Puede que haya amenazas híbridas, como noticias falsas, invasión de nuestro espacio aéreo o marítimo, pero nada muy grave. Estamos preparados para ello", explicaba el embajador sueco Teppo Tauriainen.

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Arteaga coincide en este punto, los 1 300 kilómetros de frontera entre Rusia y Finlandia sufrirán pocos cambios. “No hay grandes concentraciones de tropas, ni se las espera”, comenta.

“Cuanto más hacia el ártico, menos se espera un despliegue de tropas, porque la vida es muy dura y tendrían que construir unas instalaciones que todavía no tienen”, añade.

El experto cuenta a Euronews que en su plan de acción, el Gobierno finlandés tiene previsto incrementar las fuerzas fronterizas para alertar de posibles concentraciones militares en la frontera y avisar a las poblaciones afectadas. “Aunque no parece que exista el temor a una invasión desde la frontera rusa”, zanja.

Por otra parte, la adhesión de Finlandia a la OTAN supone un duro golpe para las aspiraciones europeas en materia de seguridad. El país nórdico, miembro de la Unión Europea y que participa en la política común de seguridad y Defensa, ha decidido confíar en las capacidades de disuasión de la Alianza Transatlántica.

"La expectativa de la UE de aumentar su protagonismo en defensa, tras la invasión de Ucrania, se desmorona un poco por esta decisión finlandesa de encomendar su defensa a la OTAN", comenta Arteaga.

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