El Parque Nacional español de Doñana enfrenta a defensores climáticos y a agricultores

El Parque Nacional de Doñana, en el sur de España, alberga uno de los mayores humedales de Europa.
Sin embargo, la extracción excesiva de agua por parte de las explotaciones freseras de la zona amenaza el ecosistema del Parque.
Los agricultores defienden su negocio pero la escasez de agua en los suministros del parque indigna a los defensores de este espacio natural.
Del lado de los agricultores, la realidad de Doñana es muy diferente.
"El cultivo necesita el agua que necesita. Nosotros, en el municipio de Almonte, tenemos 4200 hectáreas de regadío, si reducen el suministro de agua a la mitad, tenemos que reducir la explotación a la mitad, tendríamos que reducir 2100 hectáreas de cultivo. Eso es una auténtica ruina", responde Manuel Delgado, portavoz de la Asociación de Agricultores de la Puerta de Doñana.
Los agricultores de la zona extraen grandes cantidades de agua, a menudo mediante pozos ilegales, dicen los científicos.
A esto, se le suman los efectos del cambio climático. Una realidad que no reconocen ciertos poderes políticos.
Según Juanjo Carmona, Coordinador de WWF Doñana, "esta solución tiene los días contados porque cuando falta la lluvia, falta la lluvia en todas partes. El cambio climático nos está afectando y está afectando a las cuentas de los excedentes. Así que lo que tenemos que hacer es replantear el modelo en Doñana".
El Parque Nacional de Doñana fue declarado patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO en 1994, por ser una combinación de fauna y flora europea y africana.
El debate también ha llegado a la Comisión Europea. Bruselas alerta de que el nivel de extracción en los acuíferos no es sostenible. Ciertos hábitats corren el riesgo de deteriorarse si no se toman medidas.