Un escenario "ingobernable", ha dicho el líder de la coalición progresista, Jean-Luc Mélénchon, quien aboga por que su alianza forme un único grupo parlamentario para evitar dar alas a la ultraderecha
PUBLICIDADLa Asamblea Nacional francesa surgida de las elecciones legislativas del pasado domingo refleja la fragmentación y polarización de la sociedad y anuncia tiempos difíciles para el Gobierno del presidente de la República.
La alianza de Emmanuel Macron, "Emsemble" (Juntos), obtuvo 245 escaños, muy lejos de los 289 necesarios para la mayoría absoluta.
La nueva alianza de izquierdas "Nupes" (Nueva Unión Popular Ecológica y Social) obtuvo 131, convirtiendose en la segunda fuerza parlamentaria.
El partido de extrema derecha de Marine Le Pen "Agrupación nacional" logró grupo propio con su mejor resultado histórico de 89 diputados y Los Republicanos (la derecha clásica) salvaron los muebles con 61 elegidos.
Un escenario "ingobernable", ha dicho el líder de la coalición progresista, Jean-Luc Mélénchon, quien aboga por que su alianza se integre más para evitar "dar la impresión de que la extrema derecha ha ganado algo".
"NUPES debería constituirse como un único grupo en el Parlamento para que no haya ninguna discusión posible sobre quién lidera la oposición en el país", ha dicho Mélenchon.
Ministros sin respaldo electoral
Estos comicios han dejado también a 3 ministros franceses sin escaño, lo que les obligará a abandonar el Ejecutivo. Los que quedan intentan sacar conclusiones:
"Lo importante es saber escuchar al pueblo cuando se ha expresado en democracia. Siempre es importante escucharlos con humildad", ha dicho el respaldado Ministro del Interior, Gerald Darmanin.
Y lo que los votantes le han dicho a Macron, según los analistas, es que, a pesar de su histórica reelección como presidente el pasado mes de abril, no tendrá las manos libres para ocuparse de cuestiones urgentes en temas como el poder adquisitivo, las pensiones o la inmigración.