La inflación fuerza a los europeos a cambiar de hábitos

Clientes salen de un supermercado
Clientes salen de un supermercado Derechos de autor AP Photo/Matt Rourke
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Por Oscar Valero
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Muchos se rebelan contra los cambios. En Reino Unido 100.000 personas dejarán de pagar sus facturas como boicot

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Los europeos van haciéndose cada vez más a la idea de que la escasez de gas y la consecuente inflación cambiarán los hábitos de consumo a corto plazo.

El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, pedía a los ciudadanos moderar el uso del aire acondicionado este verano y prepararse para limitar el termostato de la calefacción en invierno.

El aumento del precio de la energía se nota ya en el mercado de los alimentos, algo que impacta en los bolsillos europeos.

Reducir el consumo es necesario para doblegar la inflación, aunque para algunos negocios es una cuestión de supervivencia, de poder afrontar los gastos. Es el caso de Christophe Maugard, panadero: "Antes horneábamos cinco veces al día, ahora hemos reducido a tres. Nos hemos organizado de forma distinta. Esto significa que los panes especiales se hornean con las baguettes en lugar de por separado".

Los cambios de consumo dividen a los ciudadanos

"Creo que es abusivo. Hacemos lo que queremos en casa. Pagamos el gas la electricidad, hacemos lo que queremos", decía una viadante en Francia.

"Tendremos frío, nos pondremos mantas", aseguraba otra. Un tercer ciudadano la secundaba: "Siempre nos podemos poner jerséis, calcetines, guantes si tenemos que hacerlo".

En el Reino Unido el Gobierno ha prometido que habrá ayudas para afrontar la inflación, pero también se incentivará a los ciudadanos a usar electrodomésticos como lavadoras y lavavajillas en horas de menor consumo.

Boicot a la empresas eléctricas

Algunos británicos han decidido boicotear a las eléctricas y no abonar las facturas.

"Voy a poner el dinero en una cuenta bancaria y solo tendrán el dinero si llegamos a un acuerdo", explicaba Fern Bast, jubilada en la ciudad de Todmorden.

Esta idea seduce a cada vez más británicos. "Si nos negamos a pagar, veremos que pasa. Creo que me uniré al movimiento", aseguraba un hombre cuestionado por la iniciativa en el centro de Londres.

Más de 100.000 personas han firmado el manifiesto "Don't pay UK". El boicot empieza oficialmente el 1 de octubre.

Los que lo sigan se pueden enfrentar a multas y a acciones legales, pero en el Reino Unido los cortes de luz o gas son muy inusuales.

Editor de vídeo • Isidro Murga

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