Los banqueros centrales se dirigen a las montañas de EEUU en medio de un difícil entorno inflacionario

Autoridades de la Fed dicen que no han decidido aún cuánto subirán las tasas en septiembre
Autoridades de la Fed dicen que no han decidido aún cuánto subirán las tasas en septiembre Derechos de autor Thomson Reuters 2022
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Por William Schomberg y Balazs Koranyi

LONDRES/FRÁNCFORT, 24 ago - El año pasado por estas fechas, los principales bancos centrales del mundo estaban unidos en una interpretación errónea de la inflación.

Ahora, mientras las principales autoridades a cargo de la política monetaria se reúnen en la conferencia anual que celebra la Reserva Federal de Kansas City en Jackson Hole, Wyoming, parece que el banco central estadounidense podría lograr un "aterrizaje suave" para su propia economía, pero las perspectivas para Europa son mucho más preocupantes.

Gran parte del mundo se enfrenta al mayor crecimiento de los precios desde principios de los años ochenta, lo que hace temer que se repita el fenómeno de la espiral salarios-precios de aquella época, que requirió tasas de interés de dos dígitos -y dolorosas recesiones- para restablecer la estabilidad de los precios.

Esto hace que muchos de los banqueros centrales que viajarán esta semana a las montañas del Grand Teton esperen que las presiones inflacionarias actuales disminuyan lo suficientemente rápido como para permitirles contrarrestar las recesiones previstas en las economías de todo el mundo.

"Están atrapados entre una recesión que se avecina y una inflación por las nubes. Su primera preocupación es reaccionar ante la alta inflación", dijo Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg. "Una vez que la recesión esté claramente presente, la preocupación cambiará".

Ese cambio, sin embargo, podría ser asimétrico, ya que la Reserva Federal, en particular, no está dispuesta a cambiar de marcha con celeridad.

El año pasado por estas fechas, por ejemplo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que la aceleración de la inflación sería probablemente transitoria. A medida que esa narrativa se deshizo, se convirtió en la fuerza impulsora del ritmo más rápido de endurecimiento monetario de Estados Unidos en cuatro décadas.

Además, tanto él como otros miembros del banco central estadounidense han manifestado su disposición a tolerar una medida de contracción de la economía si eso es lo que se necesita para controlar la inflación.

Aunque hay algunos indicios de que la Fed podría reducir pronto sus alzas de tasas desde el ritmo de 75 puntos básicos de sus dos últimas reuniones de política monetaria, Powell podría utilizar su discurso de apertura del simposio del viernes para enfriar las expectativas de los inversores de recortes de los costos de endeudamiento en 2023.

"Powell probablemente intentará hacer hincapié en un ritmo más lento de subidas, pero también en un periodo más largo en territorio restrictivo, quitando un poco de viento a la narrativa del pivote cauto", dijo Jack Janasiewicz, estratega principal de carteras de Natixis Investment Managers Solutions.

"NO DESAPARECERÁ RÁPIDAMENTE"

La inflación de los precios al consumidor en Estados Unidos se desaceleró, pero aún así se situó en julio en su nivel más alto de los últimos 40 años, el 8,5% -frente al 9,1% del mes anterior-, y se espera que alcance un promedio de casi el 4% en 2023, según los analistas encuestados por Reuters.

El panorama es mucho peor en la Europa importadora de energía, donde la invasión a Ucrania por parte de Rusia ha disparado los precios y parece que seguirán acelerándose a medida que Moscú tome represalias contra las sanciones europeas restringiendo los flujos de gas.

El crecimiento de los precios en la zona euro va a alcanzar los dos dígitos a medida que empiecen a expirar las medidas tomadas por Alemania y otros países para suavizar el impacto del costo de la vida para los consumidores, advirtió esta semana el Bundesbank.

Las previsiones del Banco Central Europeo indican que la inflación de la zona euro caerá hasta el 3,5% en 2023, pero sus cifras se han revisado constantemente al alza y Alemania espera ahora una inflación superior al 6%, lo que sugiere que las próximas previsiones del BCE en septiembre serán más elevadas.

"Es probable que estas presiones inflacionarias nos acompañen durante algún tiempo; no desaparecerán rápidamente (...) Pasará algún tiempo hasta que la inflación vuelva al 2%", dijo Isabel Schnabel, miembro del consejo del BCE que intervendrá en el simposio de Jackson Hole, en una entrevista con Reuters la semana pasada.

El BCE subió el mes pasado las tasas por primera vez en 11 años.

En Reino Unido, que ha tomado menos medidas que la mayoría de los demás países europeos para proteger a los hogares de la subida de los precios de la energía y que también está sufriendo el calor inflacionario del mercado laboral al estilo de Estados Unidos, la situación es aún más dramática.

Los analistas de Citi dijeron esta semana que la inflación británica alcanzará el 18% a principios de 2023, su tasa más alta desde 1976, a pesar de que el Banco de Inglaterra ya ha subido las tasas seis veces desde diciembre.

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