Los militares han rescatado a centenares de personas y están tratando de restablecer puentes y carreteras.
Esfuerzo máximo de un millar de soldados chinos para minimizar los daños provocados por un seísmo. Después del terremoto de 6,8 grados que hizo temblar la tierra el lunes en la provincia de Sichuan, al suroeste del gigante asiático, quedaba un arduo trabajo por delante para sacar a las víctimas de entre los escombros.
Los militares han rescatado a centenares de ciudadanos, con la ayuda de perros y equipos profesionales. Además, ha sido necesario reestablecer carreteras y reconstruir puentes para acceder a algunos de los lugares afectados, después de las consecuencias por los corrimientos de tierras.
Al menos 74 personas han muerto, hay casi una treintena de desaparecidos y más de mil evacuados. Las cifras, no obstante, no llegan a ser tan trágicas como las provocados en el mismo lugar por otro temblor en 2009 que causó casi 90.000 muertes.