"Sí a la familia natural, no a los lobbies LGBT" declaró en un discurso la ultraderechista italiana Giorgia Miloni. La ultraderechista que lidera las encuestas italianas, responde a las críticas de la prensa extranjera que la presenta como "un peligro para la democracia".
"La derecha italiana ha relegado el fascismo a lo largo de la historia, condenó firmemente la supresión de la democracia y terminó con las abominables leyes judías", declaró Giorgia Meloni.
Con estas palabras Giorgia Meloni respondió a las críticas de la prensa extranjera que la presenta como "un peligro para la democracia y la estabilidad italiana, europea e internacional".
Meloni, que fundó el movimiento político Hermanos de Italia en 2013, se ha movido en el entorno de lo que se ha llamado la "derecha posfascista" desde sus inicios: con 15 años, en 1992, militó en el Frente de la Juventud, la rama juvenil del neofascista Movimiento Social Italiano,con la que participó en las protestas contra la reforma educativa.
La ruptura sucede en el 2013: Meloni abandona la formación política Pueblo de la Libertad, para fundar Hermanos de Italia con Gianfranco Larussa y Guido Crosetto. Las coordenadas de esta alianza son las de un nacionalismo conservador con una fuerte connotación soberanista. Durante los primeros años aparecen en su símbolo las siglas del Movimiento Social Italiano.
Oposición del progresismo
En las elecciones de 2013 Meloni tuvo un apoyo cercano al 3 %, pero en el transcurso de 9 años su crecimiento fue constante.
El primer paso que aceleró su crecimiento fue durante el segundo Gobierno Conte, sobre todo desde el ejecutivo de Draghi , cuando Hermanos de Italia fue prácticamente el unico gran partido italiano que optó por mantenerse en la oposición.
Su partido mantiene una postura dura frente a la inmigración y los derechos de la comunidad LGBTQ +. "Sí a la familia natural, no a los lobby LGBT", declaró en un discurso.
Y aunque Meloni expresa una oposición a todo lo que se percibe como progresismo o globalismo, se cuida mucho de no caer en excesos antisistema.
Meloni debe mostrar su cara más moderada e institucional; sin la cual es difícil pensar en liderar un país íntimamente centrista como Italia.