Se definen como "productores de contenidos en línea", y se hacen llamar "influencers". Llegan a tener millones de seguidores a través de diferentes redes sociales como TikTok, Instagram o Youtube.
Se definen como "productores de contenidos en línea", y se hacen llamar "influencers". Llegan a tener millones de seguidores a través de diferentes redes sociales como TikTok, Instagram o Youtube. Y cientos de estos jóvenes "influentes" se reunieron en la Ciudad de México para la convención internacional de influencers Vidcon.
"Ahorita tengo 35 millones, algo asi, en Tik Tok, y tengo 13 millones en Instagram, y ¿qué ofrezco? Yo creo que ofrezco felicidad, ofrezco darles buenos momentos a mis seguidores, ofrezco... tratar de darles un ratito feliz", dice Brianda Deyanara, productora de contenidos en línea.
Con videos cómicos o recomendaciones de ropa y maquillaje, es como los influencers pueden llegar a la tan deseada fama. Pero aquí, ser una celebridad, implica mucho esfuerzo, y algunos lo consideran un verdadero trabajo.
¿Como? "Monetizando" su contenido. Es decir que las plataformas les pagan según el número de visualizaciones, el país donde se ven sus videos, la duración y la publicidad asociada.
"Al principio, creo que, para mí, para mi familia era como un tipo juego, pero empieza esta transición de darte cuenta, no solo para ti, si no también para tu familia, que esto es un trabajo, y que también tienes empeño, que no es minimizar, ni exagerar el trabajo, sino que simplemente es un trabajo honesto", opina la modelo Hadassah Tirosh, que también produce contenidos en línea.
Una feroz competencia
Pasa de ser una actividad "por amor al arte", a una "fuente de ingreso". Y el aumento vertiginoso de creadores ha vuelto más feroz la lucha por los fans y la repartición de beneficios.
Aunque las plataformas ofrecen un sinnúmero de nichos, también tienen límites.
"El espectro de las nuevas plataformas no es tan amplio. Los contenidos más virales tienen entre siete y diez tendencias. De ahí empezamos a ver una serie de repeticiones", comenta a la AFP Andrés Vidal, profesor de comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Es lo peligroso de las plataformas. La originalidad se pierde y la posibilidad de convertirse en la próxima celebridad se reduce", añade