Truss se aferra al poder mientras aumenta el caos en Westminster

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Truss se aferra al poder mientras aumenta el caos en Westminster Derechos de autor Thomson Reuters 2022
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Por Elizabeth Piper, Andrew MacAskill y Muvija M

LONDRES, 20 oct -La primera ministra británica, Liz Truss, luchaba el jueves por mantener el control del poder, un día después de perder a un segundo miembro del gabinete, mientras su parlamentarios se peleaban en el Parlamento, en una ruptura dramática de la unidad y la disciplina.

Con sólo seis semanas en el cargo, Truss se ha visto obligada a abandonar casi todo su programa político después de que éste destara el caso en el mercado de bonos, así como el desplome de sus índices de aprobación y los de su Partido Conservador.

En sólo seis días ha perdido a dos de los cuatro ministros más importantes del Gobierno, presenció en el Parlamento cómo su nuevo ministro de Finanzas destrozaba sus planes económicos y se enfrentó a las carcajadas de los presentes cuando intentaba defender su historial.

"No podemos seguir así", dijo un parlamentario conservador a Reuters a última hora del miércoles, en referencia a las caóticas escenas en el Parlamento.

La visión de otra primera ministra impopular aferrada al poder subraya lo volátil que se ha vuelto la política británica desde el referéndum de 2016 para salir de la Unión Europea, que desató una batalla por el rumbo del país.

Truss se convirtió en la cuarta primera ministra británica en seis años tras ser elegida para liderar el Partido Conservador por sus miembros, no por el electorado general, y con el apoyo de sólo un tercio de los parlamentarios conservadores. Prometió recortes fiscales financiados con préstamos, desregulación y un fuerte giro a la derecha en cuestiones culturales y sociales.

Su abrupta pérdida de autoridad se produce mientras la economía británica se adentra en la recesión y con su nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, tratando de sumar decenas de miles de millones de libras en recortes del gasto para tranquilizar a unos inversores espantados por las propuestas de Truss.

Aunque son más bajos que en el punto álgido de la crisis de la semana pasada, los costes de endeudamiento del Estado británico siguen siendo elevados, ya que los inversores se preguntan quién está al mando y si Hunt será capaz de reconstruir la confianza en la otrora sólida reputación económica de Reino Unido.

Crispin Blunt, legislador conservador desde hace 25 años, dijo a Reuters que la situación es tan grave que sus colegas deben permitir que una persona con experiencia tome el control.

"Hay que dejar de lado las consideraciones personales y la ambición", dijo, añadiendo que apoyará a Hunt como líder.

Simon Hoare, quien lleva siete años en el Parlamento, dijo que el jueves y el viernes serán días decisivos para el Gobierno. "Nunca he conocido (...) un ánimo creciente de pesimismo en todas las alas del Partido Conservador", dijo.

GOLPEADA POR LOS ACONTECIMIENTOS

Truss lleva luchando por su supervivencia política desde el 23 de septiembre, cuando su ministro de Economía de entonces, Kwasi Kwarteng, anunció un "minipresupuesto" de amplios recortes fiscales sin financiación que hizo temblar a los mercados financieros.

El viernes despidió a Kwarteng y el miércoles dimitió su ministra del Interior, Suella Braverman.

Con los sondeos de opinión que muestran que los conservadores se enfrentan a un descalabro en las próximas elecciones, algunos legisladores dicen que Truss debería irse para que puedan intentar reconstruir su marca. Otros parecen haberse dado por vencidos.

"Tristemente, parece que debemos cambiar de líder, pero incluso si el arcángel Gabriel se hace cargo ahora, el grupo parlamentario tiene que redescubrir urgentemente la disciplina, el respeto mutuo y el trabajo en equipo si queremos (i) gobernar bien Reino Unido y (ii) evitar una debacle en las próximas elecciones", escribió en la red social Twitter el legislador Gary Streeter.

Con la inflación en su punto más alto de los últimos 40 años y los tipos de interés de las hipotecas en alza, las escenas de los legisladores enfrentados y cabildeando en el Parlamento británico corren el riesgo de ahondar el enfado entre la ciudadanía, que se prepara para un duro invierno de subida de los costes de los alimentos y la energía.

El drama parlamentario del miércoles se desencadenó por la confusión sobre si una votación sobre el "fracking" (o fracturación hidráulica, en español) se está utilizando como un voto de confianza en el Gobierno. Los parlamentarios de la oposición dijeron que algunos de los conservadores de Truss fueron "manipulados" para que votaran con el Gobierno.

Con los legisladores haciendo cola para denunciar la situación del país, el Gobierno no pudo decir durante varias horas si la política encargada de la disciplina del partido, o principal "whip" del grupo, había dimitido.

En una muestra del caos, Downing Street emitió un comunicado a la 1:33 de la madrugada (0033 GMT) para decir que la primera ministra tenía "plena confianza" en la "chief whip" (quien dirige a los jefes de disciplina de los grupos parlamentarios) y en su adjunto.

También dijo que cualquier legislador que se abstuviera en la votación para permitir el "fracking" podría "esperar una acción disciplinaria proporcionada". Los resultados de la votación muestran que más de 30 legisladores conservadores no votaron, incluidos los que estaban fuera o enfermos.

La ministra de Transportes, Anne-Marie Trevelyan, enviada a hablar con emisoras y radios el jueves por la mañana, fue preguntada si Truss lideraría el Partido Conservador en las próximas elecciones, previstas para 2024.

"Por el momento sigue siendo así", dijo.

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