El joven Partido Moderado se presenta como probable árbitro entre los bloques.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, se anticipó al fracaso de su Gobierno con una convocatoria electoral para el 1 de noviembre. Pero estas elecciones anticipadas son jugar con fuego.
Las encuestas sitúan a la par a los bloques de izquierda y de derecha y auguran un nuevo escenario en minoría.
Frederiksen, que lidera un Gobierno en minoría, decidió lanzarse de nuevo a las urnas después de que un aliado amenazara con abandonar la coalición. Le pasó factura su falta de reacción durante la pandemia para sacrificar a los visones infectados con coronavirus.
En un debate televisado, Frederiksen dijo que la campaña electoral ha acercado a los socios de la colación, pero no es suficiente. Todos los partidos tienen que unir fuerzas como lo hicieron durante la pandemia. De lo contrario, no podrían superar luchas como la recesión, la migración y las crisis educativas y laborales.
El joven Partido Moderado se presenta como probable árbitro entre los bloques. Su líder, Lars Løkke Rasmussen, dice que el actual Gobierno es quien crea el conflicto.
"La gente grita con rabia incluso cuando está de acuerdo en la mayoría de los temas. Nuestro principal objetivo es deshacernos de los políticos radicales", dijo en alusión al hecho de que el partido ecologista rojiverde saboteara la labor del Gobierno en varias ocasiones.
Este martes los daneses deciden la distribución de los 179 escaños del Folketing (Parlamento danés).