El monasterio cristiano ortodoxo es de los pocos edificios que quedaron en pie tras los intensos combates de septiembre
Su pueblo quedó totalmente destruido. Tampoco se salvó de los bombardeos rusos el monasterio cristiano ortodoxo, pero es de los pocos edificios que quedaron en pie tras los intensos combates de septiembre en esta zona de la región ucraniana de Donetsk.
Los operarios están restaurando el tejado dañado para dar refugio a residentes como Vira Larina, que se han quedado sin nada.
"Nos han dicho que podemos quedarnos aquí todo el tiempo que necesitemos porque no tenemos a dónde ir, todo nuestro pueblo está destruido, convertido en cenizas, no queda ni una sola casa", lamenta la vecina.
"Por ahora tenemos todo lo que necesitamos. Gracias a Dios nos cuidan espiritual y físicamente y nos apoyan", dice.
La anciana lo perdió todo, incluidas sus cuatro vacas que tuvo que dejar al huir a la vecina Sloviansk.
El paisaje en Bohorodichne está ahora plagado de ruinas, su puente destrozado... y no hay ni una casa en pie.