El flujo de lava es menor a un metro por hora y se dirige cuesta abajo a unos 10 kilómetros de Saddle Road.
El Mauna Loa despertó tras 38 años de letargo el domingo y, desde entonces, no ha dejado de atraer espectadores.
El volcán más grande del mundo rezumó este miércoles ríos de lava brillante ante la atenta mirada de miles de visitantes que colapsaron una carretera de Hawái amenazada por el flujo.
"Cuando llegamos aquí hace cinco semanas, hubo varios terremotos y la gente decía que había mucha actividad. No ha entrado en erupción en muchos, muchos años. Así que es increíble estar aquí", cuenta una de las turistas.
El Observatorio del Volcán de Hawai asegura que el flujo de lava es menor a un metro por hora y se dirige cuesta abajo a unos 10 kilómetros de Saddle Road, que conecta los lados este y oeste de la isla.
El gobernador de Hawái, David Ige, emitió una declaración de emergencia.