El atacante del atentado de Algeciras no estaba en el radar de las autoridades por radicalización

El féretro con el cuerpo del sacristán Diego Valencia llegaba el jueves por la tarde a esta iglesia de Algeciras para recibir un último adiós. Familiares y vecinos le rindieron homenaje y mostraron su repulsa al brutal ataque del miércoles en este municipio del sur de España en el que, además de este asesinato, otras cuatro personas resultaron heridas.
Sobre el atacante ya han trascendido más datos: era un joven marroquí de 25 años que vivía en un piso okupado en el centro de la ciudad gaditana.
Según las autoridades, Yasine Kanjaa actuó guiado por una "voluntad terrorista" en un acto que se vincula con el salafismo yihadista. Aunque, según ha explicado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, "no tenían constancia de que estuviese radicalizado".
"Nunca ha estado en el radar de un servicio nacional por radicalización, y tampoco en ninguna de las bases de datos de los distintos países amigos cercanos donde haya tenido residencia", explicó rande-Marlaska.
El caso está ahora en manos de la Audiencia Nacional. El auto del juez señala que, estando la víctima en el suelo, Kanjaa "sujetó la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra 'alá' le asesta una última estocada mortal".
En el registro de su vivienda se intervinieron elementos como la funda del machete con el que atacó, cinco memorias de USB, soportes de archivos que se van a analizar y documentación que permitió identificarlo.