Durante mucho tiempo, a Fernando le costó aceptar lo que veía frente al espejo. En el colegio, cuando solo tenía 14 años, un cura ya fallecido, llamado José María Pita da Veiga, mutiló su inocencia. Además, como asegura la víctima, "el buitre consiguió que el que ratoncillo se sintiera culpable".
PUBLICIDADDurante mucho tiempo, a Fernando le costó aceptar lo que veía frente al espejo. En el colegio, cuando solo tenía 14 años, un cura ya fallecido, llamado José María Pita da Veiga, mutiló su inocencia. Además, como asegura la víctima, "el buitre consiguió que el que ratoncillo se sintiera culpable".
"El sacerdote se me acercó un día de lluvia a que subiera a secarme a su habitación y ahí empezó", declara Fernando García-Salmones, ciudadano que fue víctima de abusos sexuales.
Los abusos duraron casi un año. Gran parte de las secuelas son indelebles.
"Hay un destrozo de la capacidad de amar, una diferenciación completa entre la sexualidad y lo afectivo, una desconfianza, un sentimiento permanente de culpabilidad, un miedo a la soledad que es devastador", afirma Fernando García-Salmones.
En octubre de 2018, el periódico El País inició la primera investigación en España, cuando solamente se registraban 34 víctimas. Tres años después abrió una completa base de datos que cuenta más de 1 700 supervivientes de los abusos sexuales. En ocasiones, para corroborar la información, los periodistas tardan años. Pero, para el primer paso, han contado con una herramienta fundamental.
"El motor principal fue la creación de esa especie de buzón. El buzón creado por el periódico El País fue el cordón umbilical que unió a las víctimas con alguien, de alguna manera, que pudiese verbalizar su historia y corroborarla", señala Julio Núñez, periodista de El País.
Desde la Conferencia Episcopal española aseguran que no tienen autoridad sobre las diferentes órdenes donde se han producido casos de abusos. Admiten que la respuesta ha sido "lenta", pero aseguran que se está haciendo todo lo posible; entre otras cosas, la creación de doscientas oficinas de atención a las víctimas.
"Haga lo que haga la sociedad, haga lo que haga la Iglesia, se trata de un dolor que ellos llevan en el corazón y que debe ser respetado. Por parte de la Iglesia, la propuesta que se hace es encontrarse con cada una de las víctimas cara a cara, para conocer su caso, su historia, para conocer su nombre... para averiguar cómo se le puede ayudar, bien desde el punto de vista pastoral, que es el papel de la Iglesia, o bien desde el punto de vista jurídico", declara José Gabriel Vera, director de Comunicación de la Conferencia Episcopal.
La Iglesia española contabiliza un total de 506 casos.
"En marzo del año pasado, el Congreso de los Diputados encargó al Defensor del Pueblo, una figura independiente, iniciar los trabajos para redactar un informe sobre los casos de pederastia en la Iglesia Católica y el papel de los poderes públicos. Es la primera investigación oficial, de este tipo, que se lleva a cabo en España", explica el periodista de Euronews, Carlos Marlasca.
Para lograr ese objetivo ha creado un panel de expertos independientes. El compromiso va más allá de lo pactado con los representantes políticos.
"Es también un informe para las propias víctimas, que puedan reconocerse ahí y ver en cierto modo, también, su propia situación, y que puedan ver que se van a tomar medidas para exigir responsabilidades. Además, se van a buscar elementos de reparación", afirma el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo.
El Defensor del Pueblo espera que la Iglesia española materialice su promesa de colaborar y ayude a crear una 'radiografía completa' de estos crímenes.