En este episodio de Euronews Witness, la periodista Valérie Gauriat regresa a Ucrania, un año después del comienzo de la invasión rusa.
PUBLICIDADLa periodista de Euronews Valérie Gauriat regresa a Ucrania, un año después del comienzo de la invasión rusa. A pesar de vivir traumas indescriptibles, los ucranianos nos cuentan que están unidos en la esperanza de la victoria.
Irpin fue una de las ciudades más duramente golpeadas durante la ofensiva rusa sobre la región septentrional de Kiev.
Pero la vida se reanuda de nuevo. En la escuela principal de Irpin, los alumnos vuelven a clase después de que el año pasado el lugar fuera bombardeado y luego restaurado.
Los adolescentes aprenden a manejar armas automáticas.
"Yo vivía en la región de Járkov", cuenta Timoffi Kuchinskyi, de 16 años. "Oí las explosiones. [...] Sientes que la muerte pende sobre ti. [...] Por eso, cuando entreno con armas, siento que tengo más posibilidades de vivir".
La siguiente parada de Valérie es Gorenka, un pueblo al norte de la ciudad de Kiev. Allí visita una empresa mundialmente famosa por sus modelos de madera.
El trabajo se ha reanudado después de que el lugar fuera parcialmente bombardeado y reparado.
"Da orgullo y deja claro que somos inquebrantables [...] a pesar de toda la destrucción", afirma Robert Milaiev, jefe de ingeniería.
Las cicatrices de la ofensiva rusa aún son impresionantes en Borodianka, a unos cincuenta kilómetros de Kiev. Se trata de la ciudad más bombardeada de la región, donde miles de personas han tenido que desplazarse.
Algunos han encontrado refugio en aldeas de casas modulares financiadas por Polonia que se instalaron por todo el país.
"Hoy es mi cumpleaños", le dice Tamara a Valerie. "Hace un año estábamos sentados alrededor de una mesa, había música. Compartíamos recuerdos, cosas divertidas. Y ahora no sé qué recordar. [...] Sólo esperamos la victoria", dice, conteniendo las lágrimas.
Valérie viaja después a Járkov, más cerca de la frontera rusa, donde conoce a la directora del taller, Natalya Poniatovska.
Natalya solía diseñar y crear ropa de mujer, pero ahora ella y sus colegas producen suministros militares.
"No esperamos la victoria, trabajamos para hacerla realidad. Tengo un nieto de tres años y quiero que crezca en una Ucrania libre".
El viaje de Valérie termina en Saltivka, un suburbio del norte de Járkov, asolado por la guerra.
Oleksii Shestopalov, de 21 años, quiere enviar un mensaje a la comunidad internacional:
"Si la comunidad europea y el mundo me oyen, me gustaría pedirles que tomen medidas más decisivas [...] Estamos en un momento en el que podríamos detener esta guerra ahora, con medidas contundentes. Pero necesitamos su ayuda".