En Estrasburgo una exposición de cuadros repatriados, en España el público interactúa con las esculturas y en Londres universos casi infinitos de luces en un museo.
Obras recuperadas repatriados en 1945, buscan sus propietarios
Bodegones, retratos y desnudos. En Estrasburgo, justo en la frontera entre Francia y Alemania, una exposición reúne 27 cuadros y objetos de arte repatriados en 1945.
Tras la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas aliadas recuperaron 61.000 obras y objetos de arte de Alemania y las llevaron a Francia; muchos habían pertenecido a familias judías.
Los Museos de la Ciudad de Estrasburgo colaboran con la esperanza de devolver las obras a sus propietarios o a sus descendientes.
Esculturas para interactuar en las calles
En San Sebastián, al norte de España, el público tendrá el privilegio de interactuar en las calles con las esculturas a través de la práctica artística y de visitas guiadas.
Los participantes podrán conocer a los autores de las esculturas, los materiales que utilizaron y las ideas que los inspiraron.
Una actualización basada en la creatividad de los artistas y en la memoria individual y colectiva.
Un universo hinóptico, casi infinito
En un espacio que parece infinito, un universo ilimitado de lámparas de cristal giratorias, con luces que se encienden y apagan a un ritmo que se refleja sin cesar en los espejos y el agua: es una de las mayores instalaciones de la artista Yayoi Kusama.
A lo largo de su carrera, Kusama se ha sentido fascinada por las ideas de infinitud en el espacio y la visión. Su obra se caracteriza por una investigación acerca de los patrones, la repetición y la acumulación.
Un arte hipnótico y colorista, de esta artista que es mundialmente conocida por sus impresionantes instalaciones inmersivas.