Los programas de conservación de España y Portugal evitan que la especie se convierta en el primer gran felino en desaparecer en 10.000 años
El lince ibérico se aleja del peligro de la extinción. Hace dos décadas, estaba a punto de convertirse en el primer gran felino en desaparecer en 10.000 años, pero gracias a un programa de cría en cautividad que llevan a cabo cinco centros, cuatro en España y uno en Portugal actualmente hay 1.100 de estos animales en libertad.
"La principal causa de muerte está relacionada las actividades humanas: atropellos, furtivismo, encuentros indeseados... Así que cuanto menos contacto directo tenga la fauna silvestre con el humano entendemos que va a ir mejor", explica Antonio Rivas, coordinador del centro de cría 'El Acebuche'.
El pasado año, 239 hembras de lince ibérico dieron a luz a 414 cachorros, un dato que confirma la tendencia positiva de los últimos años. La gestión del hábitat y la protección de las amenazas naturales son factores importante para proteger a un animal que no es inmune a la pandemia, como explica la veterinaria de 'El Acebuche' Yasmin El Bouyafrouri: "Los felinos son sensibles al SARS-CoV-2, se ha detectado en gatos y en grandes felinos en algunos zoológicos. Realmente en ellos no tienen grandes sintomatologías sino que los que han muerto y se ha detectado el SARS-CoV-2 ha sido porque tenían otra patología que ha provocado la muerte."
El éxito de la supervivencia del felino se debe también a la implicación de autoridades y grupos conservacionistas, que han luchado contra la caza furtiva y han introducido conejos en su entorno, su principal presa.