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Los pueblos del Algarve, propensos a la sequía, se encargan de gestionar el agua

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©   -  Derechos de autor  EunikaSopotnicka, gettyimages

Por Annabel Murphy y Laura Tucker

El agua, un recurso natural esencial para la vida en la Tierra, corre un grave peligro. La escasez y la inseguridad del agua, impulsadas en gran medida por el cambio climático, se han convertido en problemas críticos en todo el mundo, agravados por la ineficacia en su uso y gestión.

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Con el año más caluroso jamás registrado en 2023 y varias zonas del mundo afectadas por una sequía generalizada, el problema de la escasez de agua está llegando a un punto de ebullición. En la India, el problema es tan grave que los agricultores están luchando unos con otros por su parte de unos recursos hídricos que disminuyen rápidamente, mientras que en Francia los conflictos locales por el agua se han vuelto violentos.

Replanteo de las aguas subterráneas durante la sequía

Las aguas subterráneas están en el centro de los retos de la gestión del agua, ya que suministran el 65 % del agua potable y el 25 % para riego agrícola en los 27 Estados miembros de la Unión Europea.

Las principales presiones sobre las aguas subterráneas son la sobreexplotación y el cambio climático, sobre todo en las regiones que experimentan urbanización y crecimiento demográfico. Además, el agotamiento de las aguas subterráneas provoca toda una serie de efectos negativos.

Al igual que muchas zonas del sur de Europa, el sur de Portugal está sufriendo una sequía y una disminución de las precipitaciones que han repercutido en la productividad del sector agrícola de la región, según explica Vânia Sousa, investigadora medioambiental de la Universidad del Algarve.  

«Con los efectos del cambio climático, no esperamos que la sequía amaine. Tenemos que colaborar en nuevas soluciones sostenibles que ayuden a resolver el problema de la escasez regional de agua», señala.  

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El proyecto eGroundwater

El proyecto «eGroundwater», dirigido por científicos medioambientales de la Universidad del Algarve y apoyado en datos climáticos como previsiones de riego y patrones meteorológicos históricos, es una aplicación móvil centrada en un enfoque colectivo y ciudadano de la gestión de las aguas subterráneas.

La plataforma eGroundwater tiene como objetivo ofrecer a los agricultores y usuarios de aguas subterráneas información verídica sobre el estado de los suministros de agua y las especificaciones técnicas además de permitir a los usuarios cargar y compartir sus propios datos. 

La aplicación incorpora las previsiones meteorológicas estacionales del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), que se utilizan para anticiparse a las precipitaciones acumuladas en las zonas agrícolas. Esto ayuda a los agricultores a predecir su cuota de agua y optimiza el uso del agua durante la temporada de riego.

Por otro lado, las proyecciones climáticas CMIP6 del C3S se utilizan para comunicar futuros escenarios de recarga y anticipar cómo puede afectar el cambio climático a los niveles de aguas subterráneas. Esta información se presenta a los usuarios de aguas subterráneas durante los talleres, para que den su opinión y diseñen vías de adaptación en función de la futura disponibilidad de aguas subterráneas.

Cambio de paradigma en el uso y la gestión del agua

Innovaciones como la aplicación eGroundwater suponen un cambio de paradigma en el uso y la gestión del agua, pues devuelven el poder a los usuarios. El planteamiento está dando buenos resultados en regiones cercanas como Marruecos, Argelia y España.

Vânia Sousa, que dirige el programa, afirma que gran parte del éxito obtenido hasta ahora es la transparencia y la rendición de cuentas, pero todo empieza con la recogida e introducción de datos climáticos. 

«Uno de los problemas más críticos de la gestión de las aguas subterráneas es la escasez de datos. Los Big Data y los sistemas de información mejorados (EIS, por sus siglas en inglés) son fundamentales para superar este obstáculo, ya que proporcionan a los usuarios y gestores datos e información útiles, precisos y sólidos».

La plataforma facilita las simulaciones del uso del agua, la construcción conjunta de nuevos escenarios de gestión y la creación de un sistema de información ciudadana sobre la disponibilidad y la dinámica de las aguas subterráneas que sustentan la solución eGroundwater. 

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©RinaudoJD

Los datos de Copernicus ayudan a los agricultores

El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) trabaja cada vez más  para apoyar el desarrollo de soluciones medioambientales prácticas, como la solución eGroundwater. 

Sus técnicas de recopilación de datos abarcan sistemas de observación de la Tierra (drones, teledetección) y sensores automáticos (niveles de humedad del suelo), herramientas que ayudan a comunidades y empresas a prepararse para un clima cambiante. 

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Los datos sobre la calidad del suelo, por ejemplo, pueden indicar si los cultivos disponen de la cantidad óptima de agua y reducir el riego hasta un 20 % sin disminuir la productividad. 

«Estas soluciones innovadoras que combinan la ciencia con las necesidades y el comportamiento humanos funcionan, y es de vital importancia que se estudien nuevas soluciones a medida que nos adentramos en otro verano potencialmente seco y caluroso», declara Sousa. 

Además de eGroundwater, Copernicus ofrece una amplia variedad de datos climáticos por satélite e in situ y servicios de vigilancia para apoyar la gestión medioambiental, con iniciativas como el Observatorio Mundial de la Sequía (parte del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus).

En Europa, las iniciativas que utilizan datos de Copernicus incluyen la Iniciativa Europea sobre la Sequía de las Aguas Subterráneas, financiada por el NERC, y el Índice de Sequía de las Aguas Subterráneas de FutureWater, que se está probando actualmente en el sur de España, donde el desarrollo insostenible de las aguas subterráneas amenaza la seguridad del agua, así como los ecosistemas protegidos.

Un piloto para el futuro

En el acuífero Campina de Faro del Algarve, el interés de los agricultores por el proyecto eGroundwater sugiere que la región está abierta a una solución estructural a la escasez de agua. 

Las actividades del proyecto también han ayudado a los investigadores de la Universidad del Algarve a comprender mejor las presiones humanas que actúan sobre el sistema acuífero, el comportamiento hidráulico y las relaciones con las masas de agua conectadas. 

Aunque los obstáculos de las primeras fases son normales, como la incertidumbre sobre la distribución actual, la escasa confianza de los usuarios y la falta de incentivos para que los agricultores hagan un seguimiento de su uso del agua, los científicos confían en que se sigan explorando iniciativas como éstas, sobre todo en entornos regionales donde es más fácil gestionarlas.

«Aunque se trata de una fase temprana de este programa piloto, hay indicios claros de que podría ser un proceso mucho más eficaz y satisfactorio tanto para las cuestiones agrícolas como para los usuarios turísticos. Socialmente, está dando buenos resultados, ya que nos sentimos más responsables ante nuestros compañeros que ante los gobiernos de una ciudad lejana. 

Por este motivo, creo que los movimientos locales son fundamentales para aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático y fenómenos como la sequía», concluye Sousa.

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