Muchos europeos lo odian y pocos lo aman realmente. El euro cumple una década en la que le han echado la culpa de subir los precios, destruir empleo y forzar a duros recortes de austeridad para cumplir con estrictas normas fiscales.
El euro se creó para formar un mercado único en Europa facilitando la libre movilidad de personas, bienes y servicios a lo largo de la Unión Europea, estimulando la competitividad, la actividad empresarial y la creación de empleo.
Algunos dicen que la crisis es parte del “dolor de crecimiento” necesario para modernizar la economía europea. Otros dicen que el remedio de la austeridad está matando al paciente, y que podría destruir la moneda en sí. Algunos dicen que es el momento de que la Unión Europea cree los eurobonos, y un programa al estilo “Marshall” para modernizar las infraestructuras europeas y ayudar a crear empleo. Otros dicen que no hay remedio, que el euro que debería protegernos está desbordado por estos tiempos de tormenta, y está destinado a hundirse.
Analizamos el tema con Elmar Brok, eurodiputado alemán y miembro del Grupo del Partido Popular Europeo, Giorgios Karatsioubanis, miembro del partido griego de la izquierda Syriza, que quiere abolir el plan de austeridad pero quedarse en el euro y Carsten Brzeski, economista del banco ING, que ha dicho recientemente que si Grecia deja el euro reinará el caos porque los líderes europeos no están preparados.