El terremoto de l'Aquila, un buen negocio

El terremoto de l'Aquila, un buen negocio
Por Euronews
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button

En esta escuela de primaria de l’Aquila en el centro de Italia, el día a día arrastra un pasado no muy lejano. Nos encontramos en lo que aquí denominan MUSP, un centro escolar temporal construido tras el terremoto que devastó esta ciudad en 2009. 5 años después, ninguna escuela ha sido reconstruida, la paciencia de los maestros comienza a erosionarse.

Silvia Frezza, profesora del Polo Scolastico Sassa:
“Vivimos de manera provisional y todo comienza a fallar, ya sean los sistemas de ventilación, la calefacción, las filtraciones, los niños tienen problemas respiratorios. Durante 5 años hemos tenido que ir solventando problemas, actuar debido a la urgencia del momento pero no creo que podamos seguir así otros cinco años más, basta.”

Un sentimiento que comparten muchos en la castigada región de los Abruzos donde aún están presentes las secuelas del terremoto en el que murieron 309 personas y dejó a más de 70.000 sin hogar.

Miles de personas fueron realojadas en urbanizaciones prefabricadas construidas en el marco de un plan de urgencia cuya temporalidad se ha perennizado.

Pierluigi vive desde hace más de 4 años en uno de los complejos más grandes, denominado CASE. Se trata de una veintena de urbanizaciones erigidas en la periferia de l’Aquila.

Un confort dentro de la urgencia que comienza a resquebrajarse: filtraciones de agua, materiales defectuosos, aislamiento insuficiente, las quejas de los habitantes se multiplican.

Pierluigi Lo Marco, presidente de la asociación de residentes del proyecto CASE:
“La gente se encuentra con facturas de 5.000, 6.000, 7.000 euros, sólo por la calefacción. ¿De dónde van a sacar el dinero? Hemos ido a hablar con el Ayuntamiento para que pida responsabilidades a aquellos que han fabricados estos lotes, porque estos prefabricados no respectan un nivel mínimo de eficiencia energética, así que deberán ser ellos los que paguen la diferencia, por haber construido bienes inmuebles defectuosos.”

Las negligencias de los construcctores han elevado el coste de esta situación de urgencia.

Visitamos otra urbanización provisional en la perirferia de l’Aquila que ha debido ser evacuada. Estos módulos fueron instalados en una zona inundable, el Ayuntamiento no tuvo más remedio que embargarlos debido a los riesgos para la población.

Anna Lunadei, residente del proyectgo CASE:
“Los materiales que han utilizado parece como si ya estuvieran deteriorados en el momento de la construcción en 2009. La madera que utilizaron para las aceras no fue fijada; las farolas, si te acercas, te darás cuenta de que, simplemente, las depositaron sin fijarlas en el suelo; el techo de muchas casas se abrió completamente y la lluvia entraba por todos lados. Los constructores han sido demandados pero creo que, al final, todo se ha quedado en un par de días de arresto domiciliario, como siempre pasa en Italia, nadie ha pagado ni un euro.”

Los casos de corrupción ligados a la gestión de las consecuencias del seísmo llenan las portadas de los medios italianos.

El pasado mes de noviembre, un informe del diputado europeo Sondergaard, miembro de la comisión de control presupuestario del Parlamento Europeo, añadía más leña al fuego. Según él, parte de los 493 millones de euros destinados a la reconstrucción de l’Aquila fueron otorgados a sociedades relacionadas con el crimen organizado. Muchos contratos inflaron las facturas.

La asociación anti-mafia Libera está detrás de muchas de estas acusaciones, hablamos con el reprensentante local, Angelo Venti:
“Se han dado una serie de derogaciones de ciertas leyes, sobre todo, en cuestión de adjudicación de obras en las que ha habido poco control, eso ha propiciado la entrada de las mafias. La corrupción se ha instalado en la base de la población. La prueba la tenemos en el hecho de que nadie denuncia nada y, lo poco que llega a ser denunciado, es casi sospechoso, no podemos descartar que sea obra de sociedades mafiosas que, a su vez, denuncian a otras compañías mafiosas de la competencia.”

El arquitecto Antonio Perrotti ha sido testigo, desde 2009, de todo tipo de disfuncionamientos. Nos cuenta su experiencia en el seno de la comisión encargada de las demoliciones bajo la supervisión de la Protección Civil.
En los últimos días, ocho personas, entre ellas, miembros del Ayuntamiento, han sido arrestadas en el marco de una investigación por fraude y falsa contabilidad.

Antonio Perrotti, arquitecto:
“Mucha gente ha visto aquí una oportunidad para tejer su red clientelista, ha otorgado contratos a empresas para que retiren los escombros, para llevar a cabo demoliciones o apuntalamientos ineficaces o, a veces, excesivos, esto ha ocurrido aquí en el centro de l’Aquila.”

5 años después de la catástrofe, las obras más urgentes aún están lejos de acabar, sobre todo en la parte medieval de la ciudad.

No nos cruzamos con nadie que no pertenezca al personal contratado por las empresas que se reparten el pastel de la reconstrucción. El centro histórico se asemeja a un laberinto de andamios envuelto en un ruido constante.

Otra polémica, el coste y la utilidad de los materiales utilizados para reforzar los edificios históricos. El ingeniero sísmico Antonello Salvatori duda sobre la capacidad que tienen para resistir ante otro terremoto.

Según el, muchos de los edificios que están siendo reconstruidos se derrumbarían en caso de seísmo.

“Los daños, sobretodo los estructurales son demasiado importantes por eso no creo que se puedan recuperar ciertos edificios. Tendrían que haber sido demolidos tras el terremoto y reconstruirlos después. Hubiéramos permitido a la gente regresar antes a sus casas. También habríamos reducido el coste que ha supuesto la gestión de la situación de urgencia, haber evitado la construcción de alojamientos temporarles.”

Según las últimas estimaciones del Ayuntamiento, harían faltan unos 5.000 millones de euros para reconstruir la ciudad completa.

No hay tantos fondos … por eso las acusaciones del diputado Europeo no han sentado bien al alcalde de l’Aquila que dimitió hace unos días.

Semanas antes de que uno de sus concejales fuera investigado por corrupción, Massimo Cialente hablaba así de la Unión Europea:

“Conseguimos reunir dinero para reconstruir nuestra ciudad. Todavía nos hace falta más y, hoy en día, el gobierno italiano, no está dispuesto a darnos ese dinero. Otras alternativas, como pedir un préstamo a un grupo de bancos que nos endeude para los próximos 40 años nos forzaría a infringir la regla del 3% de endeudamiento impuesto por Bruselas. Pero hay que tener en cuenta que, ante una catástrofe parecida, hay que actuar. ¿Cómo se explica, entonces, que la Unión Europea no nos permita romper el pacto de estabilidad para que reconstruyamos nuestra ciudad?, es vergonzoso.”

Volvemos a reunirnos con Pierluigi, que, a pesar de todo, ve una salida al final del túnel.

Tras dos años de obras, su casa será habitable según las normas de seguridad obligatorias. Ya nada le impide volver a instalarse en su antiguo barrio con su familia.

“Mi sueño es de volver aquí, el próximo 6 de abril, a mi casa. Quiero borrar todos los malos recuerdos, recuperar la vida de la que me he visto privado durante 5 años, por capricho de la naturaleza.”

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

Atentados de París: un juicio, heridas abiertas y una revolución en la respuesta a ataques masivos

Alemania | El uso de las energías renovables polariza el debate electoral

Halloumi o el queso que simboliza la división y la esperanza en Chipre