El ministro belga de Agricultura, Denis Ducarme, teme que la agricultura se convierta en una variable de ajuste de los presupuestos europeos. Es una de las voces crítica con la reforma de la Política Agrícola Común propuesta por la Comisión Europea.
PUBLICIDADLas primeras críticas a la reforma de la Política Agrícola Común han salido a relucir en la reunión informal que los ministros de Agricultura de la Unión Europea han celebrado en Sofía.
Hay preocupación por el recorte presupuestario, del 5%, y por el método de cálculo.
"Se están pidiendo esfuerzos demasiado grandes a una serie de países, y lo que nos preocupa es que la agricultura se convierta en un factor de ajuste del presupuesto europeo", explica Denis Ducarme, ministro belga de Agricultura. "Eso es algo difícilmente aceptable".
La Comisión Europea quiere dar más poder a los Estados miembros para que decidan hacia dónde canalizan las ayudas. Y las organizaciones ecologistas creen que será en detrimento del medioambiente.
"La Comisión Europea ha abandonado su deber de proteger a los ciudadanos y al medioambiente", afirma Marco Contiero, en nombre de Greenpeace. "Da da un gran margen de maniobra a los Estados miembros sin establecer reglas claras y sin poner límites claros para evitar que se deteriore el medioambiente, lo que puede incluso crear problemas para la salud humana".
Bruselas también apuesta por la modernización, lo que implicar invertir en innovación. Y eso es precisamente lo que han hecho en la granja belga La Cense du Mayeur, donde las vacas son alimentadas por un robot, y seguidas gracias a un chip electrónico.
Su propietaria defiende el sistema. "Robotización no quierde decir industrialización", explica Cindy Rabaey. "No tiene nada que ver, al contrario, aqui los animales están más tranquilos, viven a su propio ritmo, salen cuando quieren, vuelven al establo cuando quieren, van al robot cuando quieren. No hay ningún estrés en el establo y eso se ve en seguida".