Valérie fue adicta durante 30 aós y ha pasado ocho veces por la cárcel
PUBLICIDADValérie Zézé vuelve a uno de los decorados de su vida como drogadicta. Dice no recordar el número de veces en que llamó a la puerta de este centro de acogida de Bruselas para pedir ayuda.
"Esta puerta es muy importante para mi. Siempre ha estado abierta. Nunca me han dicho: no puedes entrar, nunca", recuerda esta profesora de francés y exdrogadicta.
Valérie ha sido adicta durante 30 años y ha pasado ocho veces por la cárcel. Su vida ha quedado recogida en una novela gráfica: "La balada de las peligrosas". En ella explica su entrada en el mundo de la droga, los robos que la ayudaban a financiar su adiccion. Siempre con el mismo modus operandi, se escondía en la tienda y esperaba a que cerraran para robar.
"Siempre necesitaba más y todavía más, y como no siempre tenía a mano a alguien rico para financiarla, empecé a robar". Y explica que empezó a esnifar cocaína, empujada por los amigos que la invitaban.
Estos delitos la llevaron a la cárcel. Un lugar del que recuerda la soledad, la tristeza y el sentimiento de abandono. Un lugar donde la rehabilitación es casi imposible. "Si me hubiesen tratado desde el principio, nunca habría vuelto ocho veces a la cárcel. Pienso que la prisión te rompe, en la cárcel aprendes a ser un verdadero delincuente".
El apoyo de su hijo y una larga cura de desintoxicación de más de dos años la ayudaron a dejar las drogas. Ahora escribe su propio futuro.