Los jefes de Estado y de Gobierno se reúnen el domingo para una cena de trabajo que amenaza con prolongarse hasta el desayuno. Están en juego los cinco altos cargos de las instituciones europeas
PUBLICIDADBruselas se prepara para otra cumbre maratoniana.
Los jefes de Estado y de Gobierno han sido convocados este domingo para una cena de trabajo en la que deben decidir los cinco altos cargos que dirigirán las instituciones europeas durante los próximos cinco años.
Uno de los puestos más codiciados es el de presidente de la Comisión Europea. Y el eje franco-alemán ha dejado de carburar. París defiende a Michel Barnier, el negociador del Brexit, y Berlín al eurodiputado Manfred Weber.
Según el periodista Jon Worth, Weber "sigue siendo el favorito porque pertence al grupo más votado, el Popular, y tiene el respaldo total de su grupo en el Parlamento Europeo".
También hay una candidata en liza, la comisaria de Competencia danesa Margrete Vestager, que pertenece a la familia política del presidente francés.
"El problema es que los liberales tan sólo llegaron terceros en las elecciones europeas, y hará falta un acuerdo entre este grupo y los otros grupos políticos para que Vestager pueda ocupar el cargo", explica Jon Worth.
Pero la decisión sobre este cargo no puede verse de modo aislado. Depende de quienes ocuparán los otros cuatro puestos y de un sinfín de equilibrios. Un sistema que algunos analistas critican.
"Tengo una sugerencia revolucionaria. Olvídense de los partidos, de la geografía, de los países. Presten únicamente atención a la persona y a su idoneidad para el cargo", lanza el historiador Timothy Garton-Ash. "En este momento, tenemos una una especie de crucigrama a cuatro bandas: Europa del Este-Europa del Oeste, hombre-mujer, norte-sur, izquierda-derecha... Y el resultado es que no siempre se elige a la mejor persona para el puesto. Y en este momento, Europa necesita a las mejores personas, ya que tenemos muchos desafíos entre nuestras manos".
Y los desafíos son de altura: presupuesto, estado de derecho, migración, Brexit...
La cumbre amenaza con prolongarse durante toda la noche y hay quien habla incluso de un desayuno de trabajo. Y es que el tiempo apremia porque el nuevo Parlamento Europeo necesita una respuesta para su primera sesión plenaria.