El presidente turco visita Bruselas para reclamar más financiación para ayudas humanitarias para los refugiados.
Siria lleva casi una década siendo devastada por la guerra. Han muerto cientos de miles de personas y millones han huido de la violencia. Muchos de ellos han tratado de buscar refugio en Europa a través de Turquía.
El verano de 2015 más de un millón de refugiados llegó a la Unión Europea. Desde entonces la voluntad política y la opinión pública se han inclinado por detener el flujo de migrantes y cerrar fronteras.
En 2016 se alcanzó un acuerdo con Ankara. La UE prometió 6 mil millones de euros para ayudar a mejorar la situación humanitaria de los sirios en Turquía. Para los intereses de Bruselas, el acuerdo ha funcionado. El número de migrantes que arriesgan su vida para huir de la guerra y entrar en la UE ha disminuido drásticamente.
Pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado reiteradamente con renunciar al acuerdo, alegando que la UE no ha proporcionado el dinero prometido. Hace 10 días tensó la situación al anunciar que abría las fronteras con Europa, provocando que miles de personas se dirigiesen a Grecia. Pero la policía helena evitó su entrada con violencia usando gases lacrimógenos o disparando balas de goma.
De visita en Bruselas, Erdogan amenaza con desatar una nueva crisis migratoria si la UE no accede a sus demandas. Para algunos líderes europeos sus peticiones para una mayor financiación son chantaje. Pero saben que se debe evitar otra crisis migratoria como la de 2015, que llevó a la Unión Europea al límite. Por lo que las opciones pasan por escuchar al presidente turco.