No todos estarán presentes en el primer día de clase en la Escuela Europea se Bruselas. Más de un alumno seguirá en casa a la espera de finalizar la cuarentena que ha impuesto el gobierno belga a quienes regresan de zonas altamente contaminadas por el COVID, como España.
PUBLICIDADEn la Escuela Europea de Bruselas, todo está a punto comenzar el curso, en un año en que todo será diferente.
"Los pupitres están dispuestos en filas y en otras circunstancias tendría a los alumnos en grupos de 4 ó 6 para facilitar el aprendizaje comunicativo”, explica la maestra Marla Candon. “Desafortunadamente tengo que distanciarlos y también alejarlos de mi escritorio y de la pizarra".
Esta escuela europea acoge a los hijos de los funcionarios de las instituciones de la UE. Cuenta con 4.400 estudiantes que vienen de toda Europa y existen 8 secciones lingüísticas. Pero a menudo los estudiantes se mezclan entre sí durante las clases.
Los padres afirman que el número de alumnos supera la capacidad de la escuela, y esto les preocupa a causa de la pandemia.
"Las zonas comunes como el comedor están abarrotados a la hora del almuerzo. Nos preocupa cómo se manejará el hacinamiento y la mezcla de estudiantes que llegan de diferentes lugares", se lamenta Kathryn Mathe, presidenta de la asociación de padres. "Esperábamos más información, dadas las circunstancias”.
El director explica que la escuela sigue las reglas belgas: usar mascarillas, mantener la distancia social y lavarse las manos. “Nuestro mayor desafío es recuperar a todos nuestros estudiantes, reducir la ansiedad que han sentido los estudiantes, los padres y el personal. Y finalmente recuperar la normalidad”, explica Brian Goggins.
Sin embargo, algunos alumnos se perderán los primeros días de clase. Leo y Marc acaban de regresar de España. Y debido a las restricciones impuestas por Bélgica, deben respetar dos semanas de cuarentena. Su madre explica que viajar a casa será difícil durante el año escolar.
"No podremos viajar con tanta frecuencia o tendremos que considerarlo de otra manera. Pero creo que hemos aprendido a ser flexibles en estos meses y que, por ahora, debemos seguir siéndolo", dice Ana Torres Fraile.
La escuela en tiempos de pandemia es una ecuación complicada, especialmente cuando los estudiantes están lejos de sus países de origen.