Escocia: ¿cuáles son los puentes y obstáculos para un nuevo referéndum de independencia?

La primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, posa para los fotógrafos, en Bute House en Edimburgo, Escocia. Domingo, 9 de mayo de 2021
La primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, posa para los fotógrafos, en Bute House en Edimburgo, Escocia. Domingo, 9 de mayo de 2021 Derechos de autor AP Photo/Scott Heppell
Por Chantal Da Silva
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Un país dividido a la mitad, las delicadas relaciones con Londres y Bruselas y el futuro de la economía nacional: los principales retos de cara a convocar un nuevo referéndum de independencia en Escocia.

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El Gobierno británico ya ha sido advertido sobre la celebración de un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia del Reino Unido: la cuestión es "cuándo" no "si" se va a convocar.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se dirigió al primer ministro británico, Boris Johnson, en una llamada telefónica después de que su Partido Nacional Escocés (SNP) ganara sus cuartas elecciones consecutivas.

La líder del SNP dijo que un segundo referéndum sobre la independencia del Reino Unido sería inevitable tan pronto como Escocia esté en el camino de la recuperación de la pandemia.

¿Por qué ahora?

La promesa de celebrar un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia si gana las elecciones fue uno de los puntos del programa electoral del SNP. El partido obtuvo 64 escaños de los 129 del Parlamento escocés, uno más que en las anteriores elecciones, pero uno menos de los que habría necesitado para obtener la mayoría. Los Verdes obtuvieron 8 escaños, lo que garantiza a los independientes la mayoría en el Parlamento.

Sturgeon afirmó que la atención de su Gobierno se centra actualmente en la lucha contra la pandemia, pero al mismo tiempo garantizó que la promesa de celebrar un nuevo referéndum se hará realidad en los próximos años.

Los expertos afirman que el primer ministro escocés está ahora obligado a cumplir esa promesa. El politólogo John Curtice explicó a Euronews que "las elecciones han creado una mayoría abrumadora a favor de la independencia y la gente que está a favor de la independencia está abrumadoramente a favor de un referéndum. Así que no hay forma de evitar llevar este asunto adelante".

¿Por qué los escoceses están divididos sobre la independencia?

Hay una serie de argumentos a favor y en contra de la independencia de Escocia. En los últimos años, el Brexit ha contribuido a avivar el debate. Durante años, los defensores de la independencia han argumentado que salir de la UE daría a Escocia más poder de decisión. Pero más del 62% de los escoceses votaron en contra de abandonar la UE.

Ahora, la presión para reincorporarse a la UE como país independiente se ha convertido en un grito de guerra para el movimiento independentista. Otros argumentos a favor son que la independencia daría a Escocia más control sobre la economía y el gasto del país, así como sobre los recursos nacionales, especialmente el petróleo. Pero la independencia económica puede ser un arma de doble filo.

"Los argumentos de los antiindependentistas han sido muy mal articulados", dijo el politólogo Michael Keating, "son razones casi exclusivamente económicas, a saber, que Escocia depende del Reino Unido y que el Reino Unido ofrece un mercado más grande para los productos escoceses. Eso es básicamente todo".

También preocupa cómo podría Escocia mantener su nivel de gasto público sin aumentar los impuestos, y también qué moneda se utilizaría. Los partidarios de la permanencia también señalan los vínculos históricos de Escocia con el resto de Reino Unido.

¿Cuándo se celebrará el referéndum?

Sturgeon ha dejado claro que el calendario de cualquier futuro referéndum dependerá en gran medida de cómo evolucione la pandemia. El proceso podría iniciarse ya a principios del año que viene si la situación está controlada.

Para seguir adelante con un segundo referéndum, Escocia necesitaría primero la luz verde del Gobierno del Reino Unido. Para ello, Escocia tendría que solicitar formalmente una orden del artículo 30 en virtud de la Ley de Escocia.

La sección 30, el mismo mecanismo utilizado para poner en marcha el referéndum de independencia escocés de 2014, permite al gobierno del Reino Unido transferir temporalmente la facultad de legislar sobre un referéndum al Parlamento escocés. Si se rechaza la petición, Sturgeon ya ha dicho que seguirá adelante con el proyecto de ley de todos modos y que está dispuesta a desafiar al Gobierno británico en los tribunales.

El Gobierno escocés ya presentó un proyecto de ley de referéndum en marzo. Si se aprueba en el Parlamento, el referéndum sería obligatorio. Sturgeon no descarta que el texto llegue a los bancos del Parlamento escocés a principios del próximo año.

Sin embargo, si Escocia sigue este camino, el Gobierno británico podría llevar el asunto al Tribunal Supremo, que podría bloquear el proyecto de ley.

¿Intervendrá el Gobierno británico?

El primer ministro británico, Boris Johnson, ya ha dejado clara su postura, tachando de "irresponsable e imprudente" cualquier conversación sobre "dividir nuestro país" durante la pandemia. Johnson invitó a Sturgeon a una reunión tras su victoria electoral, reiterando que "trabajar juntos" sigue siendo la mejor opción para los escoceses.

Johnson no dijo si el Gobierno británico acudiría a los tribunales, pero en caso de que se produjera un enfrentamiento, el gobierno británico también tendría otras cartas que jugar. La Dra. Kirsty Hughes, directora del Centro Escocés para las Relaciones Europeas (SCER), dijo a Euronews que el Gobierno podría simplemente cambiar la ley en Westminster para que el referéndum sea claramente ilegal.

Sin embargo, Hughes señaló que en recientes entrevistas el ministro del Gabinete, Michael Gove, ha dejado claro que el Reino Unido es una unión voluntaria, insinuando que Escocia podría marcharse si lo desea.

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"Lo dijo porque no quiere que la prensa escocesa escriba en primera página que se trata de una unión forzada", dijo Hughes, "pero si dices que es voluntaria y no permites un referéndum, entonces tienes que tener en cuenta las críticas y las reacciones adversas".

Sturgeon ya ha advertido al Reino Unido que no bloquee el referéndum en los tribunales, diciendo que sería "indignante" que Downing Street interviniera en contra de la voluntad del pueblo escocés. Para el politólogo John Curtice, pedir a Escocia que abandone los planes de un segundo referéndum sería "el equivalente a pedir a Boris Johnson que abandone el Brexit. No se puede hacer".

"Lo crucial en este momento para un Gobierno no es lo que piensa el conjunto de la sociedad", señala Curtice, "sino lo que esperan que haga la gente que le ha votado".

¿Podrían los escoceses celebrar un referéndum al estilo catalán?

El impulso de Escocia hacia la independencia ha llevado a muchos a establecer comparaciones con el puslo de los independentistas catalanes contra el Gobierno de España. En octubre de 2017 se produjeron violentos enfrentamientos con la policía durante un referéndum independentista catalán, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional del país. Posteriormente, el Gobierno de España disolvió el Gobierno regional de Cataluña.

Desde entonces se han producido protestas anuales por el controvertido referéndum de independencia, que representa la mayor crisis política del país en décadas. Pero incluso si el Gobierno británico bloqueara un segundo referéndum en Escocia, el SNP no ha insinuado que vaya a seguir la vía catalana.

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AP Photo
Independentistas catalanes durante una manifestación en un mitin en Girona, España, el martes 1 de octubre de 2019.AP Photo

Sturgeon ha argumentado que tiene la intención de seguir el proceso legal para el reconocimiento internacional de la independencia de Escocia, que requeriría el acuerdo del Reino Unido. Si el proyecto de ley escocés es bloqueado por un tribunal, el Gobierno escocés podría celebrar un referéndum "consultivo".

Al final, señala Hughes, si Escocia quiere el reconocimiento internacional como Estado independiente, necesita un acuerdo con Reino Unido. "No creo que vaya a pasar lo mismo que en Cataluña con Nicola Sturgeon como primera ministra".

Al mismo tiempo, el director del SCER no cree que el Gobierno británico responda con la misma mano dura que España si Escocia celebrara un referéndum ilegal: "No creo que veamos a la policía disolviendo manifestaciones ni a los presos políticos en Escocia".

Keating está de acuerdo. Si Escocia siguiera adelante a pesar de todo, el Reino Unido probablemente ignoraría el resultado. Para el Gobierno escocés, esto supondría un callejón sin salida política.

¿Qué pasaría si se diera luz verde al referéndum?

En caso de que se dé luz verde a un segundo referéndum, la Ley de Referendos (Escocia) de 2020 establecería las normas para la votación, según el Instituto para el Gobierno. La Comisión Electoral tendría un papel estatutario y se encargaría de supervisar el desarrollo de la votación y comprobar la pregunta del referéndum.

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El Gobierno escocés ya ha propuesto utilizar la misma pregunta del referéndum planteada en 2014: "¿Debe Escocia ser un país independiente?", con el "Sí" y el "No" como posibles respuestas. En virtud de la Ley de Elecciones Escocesas (Franquicia y Representación) de 2020, cualquier persona mayor de 16 años que resida legalmente en Escocia, independientemente de su nacionalidad, y que esté inscrita en el registro electoral del Gobierno local escocés tendría derecho a votar. Esto también incluye a los presos que cumplen condenas de menos de 12 meses, en virtud de los cambios introducidos por la legislación de 2020.

Si los escoceses votasen "Sí" en un referéndum considerado legítimo por ambas partes, seguirían las negociaciones entre los Gobiernos del Reino Unido y Escocia. Los dos Gobiernos tendrían que acordar los términos del divorcio y la futura relación entre los dos países.

¿Se repetirá la historia?

En el referéndum de 2014, tras las elecciones que dieron la mayoría en el Parlamento al SNP, el 55% de los escoceses había votado por permanecer en el Reino Unido. Pero desde 2016, tras el referéndum del Brexit, ha aumentado el apoyo a un segundo referéndum para salir del Reino Unido.

En los últimos años, los sondeos de opinión han mostrado que Escocia está más o menos dividida entre el apoyo a la permanencia en el Reino Unido y la independencia. En una encuesta realizada antes de las últimas elecciones, los independientes y los partidarios de la permanencia estaban divididos al 50%. Sin embargo, sólo el 42% de los encuestados en el sondeo de opinión para Sky News dijo que creía que el referéndum debía celebrarse en los próximos cinco años, frente al 50% que pensaba que no debía celebrarse.

Curtice cree que, aunque Sturgeon no tenga más remedio que seguir adelante con el referéndum, sigue siendo una apuesta para el SNP dados los estrechos márgenes entre unionistas e independentistas: "Está claro que el país está absolutamente dividido por el centro".

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Hughes cree que lo ideal sería que los partidos independentistas llegaran al 60% de apoyo en las encuestas antes de celebrar una votación. Para Curtice, la pandemia podría dar tiempo al SNP para triunfar, y por eso Sturgeon se ha empeñado en subrayar que no se puede celebrar un referéndum hasta que se resuelva la crisis.

"¿Por qué los unionistas están tan desesperados por retrasar el referéndum? Porque saben que pueden perder", señala el politólogo.

¿Cuál sería el impacto económico?

Incluso si Sturgeon sigue adelante con los planes para un referéndum, todavía hay muchas incógnitas sobre cómo podría ser una Escocia independiente. El SNP tendrá que empezar a dar respuestas sobre el impacto que tendría la salida del Reino Unido para los escoceses, especialmente en lo económico.

"Tenemos que ver cuáles serán los argumentos del SNP en materia económica en caso de independencia", dice Hughes, "¿qué dirección tomaría la economía y cómo la gestionaría el SNP? Ahora mismo, añade el profesor, "la falta de sustancia es un problema. Tienen que hacer algo al respecto".

Según un informe elaborado por la London School of Economics y la City University de Hong Kong el pasado mes de febrero, la economía de Escocia podría reducirse en al menos 11.000 millones de libras (cerca de 12.770 millones de euros) al año si abandonara el Reino Unido.

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Si se considera únicamente el impacto generado por el aumento de los costes comerciales, los investigadores advirtieron que la separación de la economía británica podría golpear a la economía escocesa entre dos y tres veces más fuerte que lo ocurrido en el Reino Unido con el Brexit.

En el informe, el Centro de Rendimiento Económico de la LSE advirtió que los peores efectos del impacto económico de la independencia podrían llegar décadas después. Sin embargo, en conjunto, tanto el Reino Unido como la UE reducirían la economía de Escocia entre un 6,3% y un 8,7%.

El resto del Reino Unido es actualmente el mayor socio comercial de Escocia, ya que representa el 61% de sus exportaciones y el 67% de sus importaciones, y los investigadores afirman que es poco probable que esto cambie tras la independencia.

"Es probable que los cambios en los patrones comerciales escoceses tras la independencia se produzcan de forma gradual, a lo largo de una generación o más", escribieron los investigadores, "por lo que en las primeras décadas tras la independencia, el resto del Reino Unido seguirá siendo el mayor socio comercial de Escocia".

En una entrevista con Euronews, el profesor David Bell dijo que cree que es prematuro hacer predicciones sobre cuáles podrían ser los efectos porque aún no se conocen las condiciones económicas en las que podría producirse la independencia.

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"Hay muchas incógnitas", dijo Bell, "algunas de ellas son problemáticas, me parece. Pero el efecto global que tendrían es incierto por el momento". Sin embargo, Bell coincidió en que, al ser el Reino Unido el mayor socio comercial de Escocia, el país podría tener dificultades en el futuro, sobre todo si intentara ingresar en la UE.

"Si Escocia entrara en la UE, la frontera entre Escocia e Inglaterra sería también una frontera entre la UE y un tercer país. Y si ese fuera el caso, habría que introducir controles reglamentarios, controles aduaneros y todo este tipo de regulaciones. Eso podría ser problemático porque podría dificultar el comercio entre Escocia e Inglaterra".

Otro problema para Escocia, señala Bell, es el gasto público, ya que Escocia gasta más de lo que recauda en impuestos. "Obviamente, es un problema que podría resolverse cambiando políticas sobre las que Escocia no tiene control en este momento".

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Manifestantes anti-Brexit frente al Parlamento escocés en Edimburgo, el viernes 31 de enero de 2020.AP Photo

"Pero esto", añade Bell, "seguiría sin ser suficiente para afectar al déficit del gasto público. También está por ver si, y en qué condiciones, la nueva Escocia independiente podría pedir dinero prestado al mercado".

La tercera cuestión que se plantea a Escocia es qué moneda utilizaría si sus habitantes votaran a favor de la independencia. Recientemente, Sturgeon dijo que el país probablemente seguiría utilizando la libra esterlina durante algún tiempo antes de cambiar a su propia moneda nacional. Bell cree que sería un paso necesario si se adhiriera a la UE. "Escocia debería tener su propia moneda durante el periodo de transición entre la salida del Reino Unido y la entrada en la UE".

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¿Cuándo podría Escocia reincorporarse a la UE?

El SNP se ha comprometido a buscar el reingreso en la UE "lo antes posible". En su manifiesto, el partido sostiene que "la mejor manera de construir una Escocia más próspera e igualitaria es ser un miembro totalmente independiente de la UE".

"El SNP", dice, "cree que la pertenencia a la UE ofrece muchos beneficios sociales, económicos y culturales para los individuos, las empresas y las comunidades de toda Escocia. El SNP reconoce que "el Brexit cambia indudablemente la forma en que Escocia se relaciona con la UE", pero al mismo tiempo sostiene que "no cambiará la importancia de la UE para Escocia, ni nuestro compromiso de reincorporarnos a la UE lo antes posible".

"Al reincorporarnos a la UE", prosigue el manifiesto, "crearemos empleo y recuperaremos el pleno acceso al mercado único europeo, que es siete veces mayor que el del Reino Unido. Keating cree que una Escocia independiente podría ingresar en la UE con facilidad, afirmando que el proceso "podría ser bastante rápido porque Escocia sólo abandonó el mercado único hace unos meses y cumple todos los criterios para la sucesión en la UE".

Tras señalar el agotador proceso al que se han enfrentado algunos países candidatos a la UE, como Serbia, que ha tenido dificultades para sacar adelante su solicitud debido a su tensa relación con Kosovo, Keating dijo que el caso de Escocia "no es como el de los países que nunca han estado en la UE y están intentando entrar".

"Tienen que pasar por toda una serie de capítulos para cumplir los criterios. Escocia ya cumple esos criterios, así que podría ser un proceso bastante rápido". Por supuesto, Keating reconoció que todavía habría algunas preguntas, como si Escocia se comprometería a utilizar el euro y cómo negociaría su relación con el Reino Unido.

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Y dada la incertidumbre sobre cuándo podría celebrarse un referéndum, Hughes cree que incluso si se celebrara una votación en, digamos, 2023, y los escoceses votaran "sí" a la independencia, la pertenencia a la UE podría estar todavía a unos cuantos años de distancia.

"Sturgeon ha hablado de independencia en 2026. Por el análisis que he hecho, creo que Escocia podría volver a la UE en 2030 -es la predicción del director del SCER-. Nada de esto va a ocurrir de la noche a la mañana. Las ruedas no girarán tan rápido como algunos quisieran".

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