Una nueva tasa para las emisiones de carbono

A worker at the steel plant "Salzgitter AG" in Salzgitter, northern Germany
A worker at the steel plant "Salzgitter AG" in Salzgitter, northern Germany Derechos de autor MORRIS MAC MATZEN/AFP
Por Gregoire Lory
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Bruselas plantea un mecanismo para tasar el carbono de los productos que se importen a la UE.

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Es tan solo un pequeño acrónimo de cuatro letras en su versión inglesa, pero podría revolucionar la industria internacional con elevadas emisiones de carbono. Conocido en inglés como CBAM, el Mecanismo de Ajuste en Frontera de las Emisiones de Carbono. Se trata de una herramienta para imponer un impuesto al carbono sobre los productos importados. El objetivo es que las empresas europeas, sujetas a una reducción de emisiones para 2030, puedan competir en igualdad de condiciones.

"Muchas de las industrias más afectadas sienten que corren el riesgo de ser tratadas injustamente por productos competidores que llegan de fuera de Europa. Por eso dicen: si esos productos no están obligados a respetar la producción limitando el carbono, tienen una ventaja competitiva y deberíamos tener un mecanismo en la frontera que lo compense”, ha detallado David O'Sullivan, exembajador de la UE en Estados Unidos.

El mecanismo prevé cubrir el acero, el cemento, los fertilizantes, el aluminio y la electricidad. Los sectores afectados están siguiendo de cerca el posible calendario de implementación del esquema. Los productores de acero apoyan el objetivo climático, pero piden condiciones para una transición exitosa. "La primera condición es que se deben complementar con las medidas existentes como los permisos de emisión gratuitos al menos hasta 2030. En segundo lugar, debe incluir una solución para las exportaciones porque exportamos 30.000 millones de euros al año. Y en tercer lugar, necesita una contramedida eficaz contra la elusión", ha reclamado Adolfo Aiello de Eurofer. 

Para eludir las reglas, las empresas pueden jugar con los precios para absorber el costo de un impuesto al carbono. Pueden decidir enviar solo los productos menos contaminantes a la UE y exportar la producción más intensiva en carbono a otros lugares.

Pero el debate trasciende las fronteras europeas, ya que implica gravar a los competidores internacionales. Para que sea una realidad, este mecanismo de ajuste debe convencer a los socios para ser validado por la Organización Mundial del Comercio. "Para lograr la neutralidad de carbono, debemos poner un alto precio al carbono y, si queremos evitar la fuga de carbono, también debe aplicarse a los productos importados, por lo que necesitamos un mecanismo de ajuste de carbono en la frontera. Esto necesitara de una educación que significa explicar a nuestros principales socios que esto no es proteccionismo, sino que es una necesidad para contribuir a un objetivo común", ha explicado Geneviève Pons del Instituto Jacques Delors

Esta herramienta podría generar hasta 10 mil millones de euros al año y podría ser un recurso para financiar la recuperación europea tras la pandemia. Aunque algunos analistas creen que esta opción, en principio, no es viable. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, que las empresas reduzcan su huella de carbono y paguen menos impuestos.

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