La Comisión Europea no activa, por ahora, el mecanismo de condicionalidad de los fondos europeos contra Hungría tal y como le había pedido el Parlamento Europeo.
PUBLICIDADHungría se sale, por ahora, con la suya. La Comisión Europea no quiere activar, todavía, el mecanismo de condicionalidad presupuestaria para Hungría. Algo que podría acabar en una batalla legal entre la Eurocámara y la Comisión Europea.
El nuevo mecanismo de condicionalidad congela los fondos europeos a aquellos países que violen los valores fundamentales de la UE y entró en vigor el pasado mes de enero. A pesar de la presión del Parlamento Europeo para ponerlo en marcha, la Comisión insiste en que sea "un instrumento de último recurso".
Así lo ha defendido el portavoz de la Comisión Europea, Balazs Ujvari, que insiste en que el Ejecutivo no seguirá _"_adelante hasta que nos aseguremos de que, entre nuestras opciones, este es el instrumento adecuadoy se ha hecho un trabajo en esta dirección durante meses". Por ello asegura en que "cuando se cumplan todas las condiciones para que podamos empezar a aplicar el reglamento" la Comisión "no dudará en hacerlo".
En junio, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, envió una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, solicitando comenzar a aplicar el mecanismo en dos meses. En caso contrario, el Parlamento amenazó con iniciar un proceso legal para activarlo.
Ahora la fecha límite ha llegado y vuelve a ser el turno de la Eurocámara. Fuentes parlamentarias han asegurado a Euronews que "no descartan la posibilidad de llevar a la Comisión ante la justicia europea". Pero por ahora, la Eurocámara esperará a la evaluación de sus servicios legales antes de decidir su próximo paso: o presionar más para detener a Hungría o esperar nuevamente un movimiento de la Comisión.