'Solo he podido traer un par de sandalias': Las historias de la agónica llegada de afganos a Europa

Mustafa Babakarhail, Ghulamuddin Sadiqi y Said Omar Saidi.
Mustafa Babakarhail, Ghulamuddin Sadiqi y Said Omar Saidi. Derechos de autor Linas Jegelevicius
Por Linas Jegelevicius
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Miles de refugiados afganos han llegado a Europa con un pesado equipaje que incluye historias de terror, conmoción y dramáticas huidas.

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Miles de refugiados afganos han llegado a Europa con un pesado equipaje que incluye historias de terror, conmoción y dramáticas huidas.

Es el caso de los 181 que aterrizaron en Lituania a la espera de construir una nueva vida en el país báltico. La mayoría sirvieron como intérpretes para las 5.000 tropas lituanas desplegadas en Afganistán durante las últimas dos décadas.

Ghulamuddin: "Llegué aquí sólo con mis sandalias"

Ghulamuddin Sadiqi, antiguo intérprete de las tropas lituanas en Afganistán, dice que llegó a Lituania en sandalias.

Linas Jegelevicius
Ghulamuddin SadiqiLinas Jegelevicius

"Muchos de nosotros vinimos aquí con muy poco y, por tanto, esperamos la ayuda del Gobierno lituano", dijo.

"Yo vine aquí con solo un par de zapatos: las sandalias que me ven ahora".

Ghulamuddin, que anteriormente sólo había viajado a India y Pakistán, trajo a su mujer y a sus cinco hijos, de 3, 5,7, 10 y 17 años.

Los siete duermen en una sola habitación que hasta ahora utilizaban los alumnos de una escuela de formación profesional.

"Teníamos pocos minutos para salir de nuestra casa en Afganistán", dijo.

"Eran las 10 de la noche cuando recibí una llamada de las Fuerzas Armadas Especiales de Lituania desplegadas en el aeropuerto de Kabul y me pidieron que viniera lo antes posible".

"Ante el avance de los talibanes sobre la capital, tuvimos que escondernos. Estamos contentos de estar a salvo ahora. Realmente no podemos quejarnos de nada aquí", dijo.

Mustafa: "Solo espero que no sufran"

"Todo mi mundo se ha derrumbado después de que los talibanes capturaran el país y Kabul", dijo a Euronews Mustafa Babakarhail, antiguo intérprete del Ejército lituano. "Sabíamos que avanzaba, pero quizá pocos preveían un colapso tan rápido".

Mustafa se llevó a su mujer y sus dos hijos a Lituania, pero teme por los demás miembros de la familia y los parientes que dejó atrás. "No sé lo que les ocurrirá", dijo. "Sólo puedo esperar que no sufran".

El joven de 31 años dijo que su vida podría haber estado en "grave peligro" si se hubiera quedado en Afganistán, debido a su trabajo de cinco años como intérprete para la coalición liderada por la OTAN. Además del inglés, también sabe hablar pastún y algo de urdu.

Cuando se le pidió que compartiera su impresión sobre los primeros días en Raseiniai, Mustafa comenzó a hablar con entusiasmo sobre el clima.

"Sabía que en Lituania hace frío", dijo Mustafa, "pero ahora estamos en los últimos días de agosto y ya hace bastante frío. Me han contado el frío que hace en invierno. Por desgracia, muchos de nosotros hemos venido aquí muy poco vestidos. Me preocupan especialmente nuestros hijos, pero, como muchos compañeros afganos, confío en la ayuda de Lituania, las Naciones Unidas y la Unión Europea." dijo Mustafa Babakarhail.

Mustafa, refiriéndose a la actual afluencia de inmigrantes en Lituania, argumentó que los afganos transportados por aire por Lituania son diferentes a los que llegan a través de Bielorrusia.

"Nuestro caso es completamente diferente", dijo. "A diferencia de los demás, no hemos venido aquí de forma ilegal. Si no hubiera habido una amenaza para nuestras vidas, nos habríamos quedado en nuestro país. Su Gobierno nos invitó reconociendo lo que hicimos por las tropas lituanas".

Añadió que Afganistán había hecho grandes progresos en los últimos 20 años bajo la coalición liderada por la OTAN, pero admitió su sorpresa por el inesperado colapso del Gobierno afgano.

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Said: "Me sorprende que haya habido tan poca resistencia"

Said Omar Saidi, otro antiguo intérprete de las tropas lituanas en Afganistán, llegó a Lituania con sus cuatro hijos, de 6, 9, 12 y 15 años.

Pero, al igual que Mustafá, está muy preocupado por los que dejó atrás.

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Said Omar Saidi con dos de sus hijos.Linas Jegelevicius

"Mi padre trabajó durante siete años como comandante local de guardias para las tropas lituanas. Uno de mis hermanos que quedó en Afganistán también ha trabajado como guardia para las tropas de la coalición. Estoy muy preocupado por ellos, ya que los talibanes buscan ahora a los que trabajaron para las tropas de la coalición".

Said dijo a Euronews que la única opción para su familia que quedó atrás era esconderse.

Al preguntarle por qué no pudieron ser evacuados con él, añadió: "Bueno, toda la evacuación fue muy rápida y la prioridad fue evacuar primero a los intérpretes y a sus esposas e hijos."

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Dijo que todavía habla con su padre y su hermano por WhatsApp, pero que teme que la conexión a Internet se interrumpa con los talibanes en el poder.

"Al igual que muchos afganos, estoy sorprendido por su capacidad para tomar el control de todo el país tan pronto y sin ninguna resistencia", dijo.

Said expresó su gratitud al Gobierno lituano y dijo que ya había presentado su solicitud de asilo.

"Debido a la pandemia de coronavirus estamos en cuarentena durante dos semanas, no puedo quejarme de las condiciones, pero, ciertamente, estaría bien tener alguna certeza después", dijo. "Mi profesión es la de psicólogo, así que será difícil conseguir un trabajo en este campo aquí".

Haji: "Oí lo que parecían disparos cuando el avión despegó"

La historia de Haji Akbar Sultani es muy diferente a la de sus compañeros afganos en el vuelo de evacuación a Lituania.

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Como estudiante de doctorado de la Universidad Técnica de Vilnius Gediminas (VGTU, por sus siglas en inglés), había ido de vacaciones a finales de julio a Mazar-i-Sharif, su ciudad natal en el norte de Afganistán.

Pero ante el rápido acercamiento de las fuerzas talibanes, se vio obligado a huir de la ciudad.

"De hecho, los talibanes fueron más rápidos: mi mujer y yo tuvimos que huir de la ciudad ya con talibanes. Alquilé un coche para ir hasta el aeropuerto de Kabul.

"Los talibanes nos pararon varias veces por el camino. Cada vez les decía que mi mujer está muy enferma, que no puede recibir un tratamiento adecuado en Mazar-i-Sharif y que necesitamos llegar a Kabul para ver a los médicos".

Dijo que tuvo "mucha suerte": si los talibanes hubieran revisado su bolsa en el maletero del coche, habrían encontrado su pasaporte con un visado de la Unión Europea.

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"Ese habría sido el final", dijo convencido.

Pero, creyendo su historia inventada, los talibes les dejaron pasar sin un control exhaustivo.

Dice estar "muy" agradecido a los jefes de la VGTU, que se pusieron en contacto con las tropas lituanas en el aeropuerto de Kabul para pedirles que sacaran a su estudiante del país.

Según sus palabras, la salida del aeropuerto de Kabul fue "muy accidentada"

"El avión despegó de forma brusca y empinada. Con el avión todavía en la pista, oí lo que parecía una ametralladora. Daba mucho miedo", recuerda.

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