La huelga de 24 horas de los trabajadores de Brussels Airlines ha obligado a cancelar 57 vuelos. El personal de cabina denuncia una sobrecarga de trabajo y una falta de organización que les impide planificar su vida personal.
PUBLICIDADMadrid, Gotemburgo, Tel Aviv,... Estos son algunos de los 57 vuelos que este lunes han sido cancelados en el aeropuerto de Bruselas dejando a 3.500 personas en tierra.
Tras varios meses de negociaciones infructuosas, el personal de la compañía Brussels Airlines ha recurrido a la huega como "último recurso".
"Esta empresa apuesta estructuralmente por la buena voluntad del personal y esto no es viable", denuncia el capitán Bert Aerts.
El personal de cabina denuncia una sobrecarga de trabajo, a la que hay que sumar una falta de organización a nivel empresarial que les impide planificar su vida personal con anticipación.
"Es muy difícil física y mentalmente, ya que tenemos tareas más largas y menos descansos. Cuando decimos que estamos cansados, no reaccionan, simplemente seguimos y seguimos", afirma la azafata Claudia de Crosner.
El personal de Brussels Airlines espera que la huelga sirva para concienciar sobre cuál es el verdadero coste de los vuelos baratos.
"El mercado no quiere pagar el dinero, así que somos nosotros trabajadores del transporte los que estamos pagando ahora con nuestro sudor", añade Aerts.
La compañía belga afirma por su parte que todavía está sufriendo por la crisis que generó la pandemia, lamenta los incovenientes que están sufriendo los clientes y afirma que están listos para un "diálogo constructivo" con el personal.
La huelga les obligará a pagar 700.000 euros en compensaciones, sin contar con los daños que ha sufrido su imagen.